La historia no tuvo final feliz en salas, pero en el mundo del streaming se abre un nuevo capítulo. Blanca Nieves, protagonizada por Rachel Zegler, criticada ferozmente desde antes de su estreno, logró reposicionarse en el top global de Disney+ apenas días después de su debut. Lanzada internacionalmente en la plataforma el 11 de junio, la película ya alcanzó el puesto número 4 a nivel mundial, según datos de FlixPatrol, y se convirtió en lo más visto en una docena de países durante sus primeras 24 horas.
En Estados Unidos, escaló hasta el tercer puesto entre los títulos más reproducidos, justo por debajo de Love & Mercy y El Contador 2 en Prime Video. Para una película marcada por el rechazo mediático, el boicot digital y la controversia política, este giro parece, al menos, una forma inesperada de redención.

Una caída de cuento: El fracaso de Blanca Nieves en cines
Lejos de cumplir con las expectativas que se tenían para una nueva versión del primer clásico animado de Disney, Blanca Nieves se desplomó en taquilla. Con un presupuesto estimado de 269 millones de dólares, su estreno doméstico apenas recaudó 42,2 millones, y en su segunda semana se hundió con una caída del 66%. Para el 5 de junio, cuando abandonó las salas, había acumulado 205,5 millones a nivel global, lo que se traduce en una pérdida superior a los 115 millones de dólares para el estudio.
A pesar de la marca icónica que representa, el film se convirtió en uno de los fracasos comerciales más costosos en la historia reciente de Disney, arrastrado por una combinación de controversias públicas y malas críticas.
Las polémicas detrás de Blanca Nieves y su inesperado éxito en streaming
Desde su anuncio, la película estuvo envuelta en controversia. La elección de Rachel Zegler como Blanca Nieves desató críticas por parte de sectores que esperaban una adaptación más literal del film original de 1937. A esto se sumaron entrevistas de archivo en las que Zegler calificaba al clásico animado como “anticuado” y cuestionaba el vínculo romántico con el príncipe, calificándolo de “raro”.
Las críticas se intensificaron con los comentarios de Peter Dinklage (Game of Thrones, Dexter: Resurrección, The Toxic Avenger), quien expresó su rechazo a la representación de los siete enanitos, reemplazados por criaturas mágicas generadas por CGI. Otros actores salieron al cruce de estas declaraciones, generando un debate cruzado en redes. La situación se volvió aún más tensa con la aparición de opiniones políticas polarizantes tanto de Zegler como de su coprotagonista Gal Gadot.
La respuesta de la crítica fue demoledora: un 39% en Rotten Tomatoes, y un 1.8 sobre 10 en IMDb, donde se detectó una campaña de “review bombing”. Sin embargo, el puntaje de audiencia en Rotten Tomatoes llegó a un 71%, señal de que para muchos espectadores la película distaba de ser el desastre anunciado.
Y sin embargo, tras su llegada a Disney+, el relato da un vuelco. Con cifras de visualización que contradicen su derrotero inicial, Blanca Nieves demuestra que incluso los cuentos con comienzos turbulentos pueden encontrar una segunda vida. En un ecosistema donde la conversación pública muchas veces precede al visionado real, el fenómeno vuelve a poner sobre la mesa el desfase entre percepción social y consumo efectivo.
 
				 
								


