Mother Maryaparece como el proyecto más enigmático de David Lowery en más de una década de trabajo. No es solo un cambio de escala: es un desplazamiento hacia un tipo de relato que se sostiene en la fricción entre dos mujeres que comparten historia, heridas antiguas y una forma de dependencia que no necesita demasiadas palabras. Lo que se sabe a partir del material difundido es suficiente para entender que la película no apunta a la transparencia. Prefiere la tensión.
Anne Hathaway interpreta a una cantante que prepara un regreso que parece exigirla más de lo esperado. Michaela Coel encarna a una diseñadora que, después de años de distancia, vuelve a tener frente a sí a una figura que conoce demasiado bien. Mother Mary propone ese reencuentro como un movimiento que desordena lo que cada una logró acomodar. A partir de ahí, la narración se mantiene en un territorio donde la creación funciona como un detonante emocional y no solo como un oficio.
El tráiler muestra un contexto físico y simbólico preciso: una construcción del siglo XIII convertida en taller, un espacio que funciona como refugio y campo de batalla. En ese encierro se cruzan recuerdos, pulsiones y una forma de trabajo que exige entrega. Lowery sostiene esa dinámica con un diseño formal que se apoya en la música original de Charli XCX, Jack Antonoff y FKA Twigs, una banda sonora que funciona como respiración interna del film.

Mother Mary y su enfoque en la relación entre arte y poder
La apuesta central de Mother Mary parece estar en la relación que se crea cuando el impulso artístico se vuelve dependencia. Hathaway habló de la experiencia como una especie de renuncia: dejar de lado un método pulido para aceptar la fragilidad del ensayo constante. Esa disposición no funciona como simple declaración; marca el tono general. En la película, cantar no es un acto público sino un ejercicio de exposición íntima que la obliga a desprenderse de una versión controlada de sí misma.
Coel se mueve en otro registro. Como diseñadora, su personaje trabaja desde el silencio y la observación. El reencuentro con Hathaway introduce una tensión que se vuelve productiva y corrosiva al mismo tiempo. El film organiza esa energía sin buscar una explicación literal. La relación no se presenta como un vínculo que debe resolverse; funciona como motor narrativo y como forma de presión.
La presencia de Hunter Schafer como asistente agrega un tercer movimiento. No es un personaje secundario en el sentido clásico: su distancia modifica el equilibrio, marca el ritmo y expone lo que las protagonistas no dicen. Mother Mary utiliza ese triángulo para avanzar sobre un territorio que mezcla creación, deseo y control sin apoyarse en subrayados. Lowery trabaja con miradas, gestos y silencios que llevan el peso dramático.

Mother Mary: Producción, escala y deriva creativa del proyecto
El origen de Mother Maryestá en un momento de saturación. Lowery contó que, después de dirigir Peter Pan and Wendy, sintió la necesidad de hacer una obra pequeña: dos intérpretes en una habitación, un diálogo prolongado, una filmación manejable. Lo que ocurrió después fue lo contrario. La idea empezó a crecer, se volvió más ambiciosa y terminó siendo uno de sus rodajes más exigentes.
El film se rodó en Alemania, con la producción de A24 y el apoyo de Film- und Medienstiftung NRW y el DFFF. Lowery escribió, dirigió y editó la película, lo que refuerza su control autoral. Sin embargo, sus declaraciones dejan entrever que esa centralidad no implicó comodidad. Lo describe como un trabajo que lo empujó a un terreno que no esperaba recorrer.
Ese contraste entre intención inicial y resultado final se refleja en la puesta en escena. El escenario medieval funciona como un espacio que acumula capas: historia personal, historia material, rituales improvisados, restos de vida y de trabajo. El vestuario, que debería ser un elemento funcional, se convierte en una pieza que sostiene la relación entre las protagonistas. No es un accesorio: es el objeto que las obliga a enfrentarse con lo que intentan evitar.
Mother Mary: Música, atmósfera y la construcción de un melodrama contemporáneo
La música se vuelve un componente estructural. No actúa como acompañamiento sino como pulsación interna del relato. Charli XCX, Jack Antonoff y FKA Twigs son nombres que podrían definir mundos sonoros distintos. En la película, esa diversidad se usa como herramienta para construir la subjetividad de Hathaway: una figura que necesita recuperar una voz que ya no sabe si le pertenece.
El tráiler de Mother Mary anticipa una atmósfera que roza lo ceremonial. No solo por las referencias esotéricas o los rituales mencionados, sino por la forma en que la película parece tratar cada gesto como un acto de invocación. Eso no implica exageración ni misticismo evidente; implica una mirada sobre el proceso creativo como algo que exige una entrega que puede quebrar.
Ese tono se acerca al melodrama, pero no al que depende de la acumulación emocional directa. Lowery trabaja con un registro más seco. La intensidad aparece en los cuerpos, en la disposición de los personajes en el espacio y en el modo en que cada uno intenta sostener una versión propia frente al otro. La película se mueve entre el artificio del espectáculo y la intimidad forzada de ese taller medieval, sin priorizar un extremo.
El lugar de Mother Mary dentro de la trayectoria de David Lowery
La obra de Lowery siempre osciló entre la narración clásica y las preguntas sobre cómo representar lo que no puede decirse de forma directa. The Green Knight usaba la fantasía para hablar del miedo al fracaso; A Ghost Story trabajaba con la repetición y la espera; The Old Man and the Gun exploraba un tono más leve sin perder su interés por las decisiones que definen una vida.
Mother Maryparece continuar esa línea desde otro ángulo. En lugar de mirar hacia afuera, mira hacia la dinámica interna de una relación que se fundó en la admiración y el daño compartido. El regreso de Hathaway y Coel a un espacio que conocen demasiado bien funciona como una forma de memoria que no deja de presionar. Lowery utiliza la escala íntima para plantear un relato donde cada escena parece medir lo que una persona está dispuesta a entregar para sostener una identidad que se deshace.
Mother Mary se estrena en abril de 2026. Lo que muestra hasta ahora sugiere que Lowery encuentra un modo distinto de trabajar con la tensión y la cercanía, y que ese movimiento lo lleva a una experiencia que, según él mismo, lo dejó desorientado. Esa desorientación puede ser una clave de lectura: un director que se deja llevar por un proyecto que crece más allá de lo previsto.
Mirá el tráiler a continuación:



