Marty Supreme: El papel que puede darle el Oscar a Timothée Chalamet

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Chalamet encabeza Marty Supreme, la película de A24 que irrumpió en la temporada de premios como favorito inesperado. Una fábula febril sobre la obsesión y la gloria.

La carrera hacia el Oscar 2026 cambió de forma abrupta. En medio de una temporada saturada de contendientes visibles, Marty Supreme, la nueva película de Josh Safdie, apareció como un imprevisto que descolocó a la industria. A24 la lanzó casi en silencio, pero el boca a boca tras su paso por el Festival de Nueva York fue suficiente para instalarla como el título más comentado del circuito.

Timothée Chalamet interpreta a Marty Mauser, un vendedor de zapatos en los años 50 que convierte su devoción por el ping-pong en una empresa total: alcanzar la perfección en un deporte que nadie respeta. Lo que sigue es una parábola sobre la obsesión, el fracaso y la necesidad de trascender, filmada con la energía vertiginosa y el pulso eléctrico que ya son la marca de los Safdie.

Marty Supreme: La épica del ping-pong

Marty Supreme se ambienta en los años 50, pero su estética remite a los 80: colores saturados, cámaras nerviosas, montaje acelerado. Safdie filma el ascenso de su protagonista con el frenesí de un videoclip y la tensión de un thriller, como si el camino hacia el campeonato mundial de ping-pong tuviera el mismo nivel de dramatismo que un robo o una adicción.

El film combina la estructura clásica del relato deportivo –el perdedor que busca redención– con la densidad psicológica del cine de los Safdie. En lugar de construir un héroe inspirador, muestra a un hombre que se desintegra en el intento de convertirse en leyenda.

Las referencias son múltiples: Karate Kid, Bloodsport, El Lobo de Wall Street, Uncut Gems. Pero más allá de los guiños, Josh Safdie busca algo más puro: el vértigo de ver a alguien que apuesta todo por un objetivo imposible.

Timothée Chalamet sostiene Marty Supreme con una energía distinta a la que suele desplegar. Su Marty Mauser es un personaje que oscila entre la vulnerabilidad y la demencia, alguien que confunde la disciplina con el castigo. En ese registro, el actor parece encontrar un papel que lo obliga a reinventarse: menos angelical, más desesperado, casi trágico.

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Timothée Chalamet como Marty Mauser en Marty Supreme

Timothée Chalamet, el contendiente al Oscar 2026

La temporada de premios encontró en Marty Supreme a su candidato más inesperado. Después de Un Completo Desconocido, donde interpretó a Bob Dylan, Timothée Chalamet podría alcanzar su tercera nominación al Oscar y consolidar una posición que hasta ahora parecía reservada a los intérpretes veteranos.

El papel tiene todos los elementos que atraen a la Academia: una transformación física, una intensidad sostenida y un arco de caída y redención. Pero también ofrece algo menos previsible: una lectura del talento como forma de locura.

Si obtiene la nominación, Timothée Chalamet sería el actor más joven en recibir tres candidaturas a mejor actor desde James Dean. Y si además figura como productor, podría competir en dos categorías principales, un logro que solo han alcanzado figuras como Warren Beatty, Clint Eastwood o Frances McDormand.

El aura de “niño prodigio” parece haber quedado atrás. En Marty Supreme, el actor ya no representa la promesa del futuro sino la obsesión del presente: alguien dispuesto a perderlo todo con tal de ser recordado.

El universo Safdie sin Benny

La película marca la primera incursión de Josh Safdie en solitario, después de firmar junto a su hermano Good Time y Uncut Gems. Esa separación se percibe en el tono: el caos sigue presente, pero la mirada es más precisa, casi maniática.

La cámara de Josh se mueve con la ansiedad del protagonista, pero evita el exceso de estímulos de sus trabajos anteriores. Aquí, la tensión se construye desde la repetición: un gesto, un golpe de pelota, una respiración acelerada. El resultado es una mezcla extraña entre comedia, drama deportivo y retrato psicológico, una película sobre el ritmo interior de la ambición.

El guion, escrito por Safdie junto a Ronald Bronstein, alterna momentos de humor físico con secuencias de introspección. Bronstein, además, comparte la edición con el director, en una línea que recuerda a otros realizadores que decidieron montar sus propias películas: Sean Baker, Alfonso Cuarón, los hermanos Coen. Esa decisión refuerza la idea de control total, de autoría llevada al extremo, como si cada corte fuese una jugada en la mesa de ping-pong.

El regreso de Gwyneth Paltrow y un elenco improbable

Junto a Timothée Chalamet, el reparto incluye a Gwyneth Paltrow y Odessa A’zion. Paltrow interpreta a una ex estrella de tenis de mesa retirada que se convierte en mentora del protagonista. Su presencia aporta una ironía doble: un regreso a la gran actuación después de casi tres décadas y un comentario sobre la fugacidad del éxito. Si obtiene una nominación, sería la primera desde Shakespeare in Love (1998), lo que la colocaría entre las grandes reapariciones de la temporada.

El resto del elenco completa una combinación improbable: Tyler the Creator, Abel Ferrara, Kevin O’Leary y la actriz y ex presidenta de SAG, Fran Drescher. Jennifer Venditti, reconocida por su trabajo de casting en Euphoria, logra convertir ese mosaico en un conjunto coherente, donde cada figura parece surgir del mismo universo deformado de Safdie.

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Timothée Chalamet se posiciona como candidato al Oscar por Marty Supreme

Marty Supreme y la carrera por los premios

Con Marty Supreme, A24 vuelve a posicionarse en el centro de la conversación de premios. El estudio, que hace tres años arrasó en los Oscar con Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo, parece haber encontrado una nueva fórmula: combinar autores radicales con narrativas accesibles. Sin embrago, el debut en taquilla de La Máquina: The Smashing Machine, la película del hermano de Josh, Benny Safdie, resultó en un fracaso rotundo a pesar de las buenas críticas y de tener a Dwayne Johnson como en otro firme candidato al Oscar 2026 como Mejor Actor.

La estrategia, sin embargo, no será simple. A24 compite este año con varios títulos de peso –La: Máquina: The Smashing Machine, Sorry, Baby de Eva Victor y If I Had Legs I’d Kick You de Mary Bronstein– pero Marty Supreme se perfila como su apuesta principal.

El film podría aspirar a nominaciones en múltiples categorías: actor, dirección, guion original, montaje, diseño de producción, música y sonido. Y si Paltrow logra un lugar en reparto, su regreso completaría el relato perfecto que suele seducir a la Academia: el de la estrella que vuelve en su mejor forma.

Marty Supreme: Un retrato de la ambición

En su superficie, Marty Supreme es una película sobre ping-pong. En el fondo, es un estudio sobre la necesidad de reconocimiento. Marty Mauser no juega para ganar: juega para ser visto, para que su nombre importe. Josh Safdie convierte esa motivación en motor narrativo y también en diagnóstico.

El film observa cómo la búsqueda de grandeza puede volverse una forma de autodestrucción. Lo hace sin sentimentalismo, con humor y una energía casi física. Cada golpe, cada pérdida, cada triunfo parece un movimiento en una coreografía del exceso.

Hay algo profundamente contemporáneo en ese retrato. En un tiempo donde la visibilidad es una moneda de cambio, Marty Supreme transforma un deporte marginal en metáfora del deseo moderno: ser alguien, aunque sea por un instante.

Mirá el tráiler a continuación:

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