Fallout: Qué son los Ghoul | Memoria, mutación y supervivencia en Wasteland

fallout ghoul
Resultado del apocalipsis nuclear, los ghouls de Fallout son la raza de posthumanos mutados de este universo. The Ghoul de Walton Goggins aporta una mirada humanizadora a los parias de Wasteland.

Entre los muchos habitantes de Wasteland, los Ghoul ocupan un lugar central no solo por su apariencia erosionada sino por la manera en que el universo Fallout los utiliza para pensar la historia posterior alpocalipsis nuclear. Los Ghoul funcionan como archivo viviente, como testimonio persistente de un pasado que para la mayoría se volvió abstracto. Son parte del paisaje, pero también una anomalía que recuerda que la radiación no solo destruye: transforma.

Los Ghoul son el resultado de la exposición prolongada a altos niveles de radiación. La mutación detiene el envejecimiento biológico, deteriora el cuerpo y altera procesos metabólicos que antes definían la vida humana. La piel se quiebra, los huesos se afinan y las cuerdas vocales cambian de registro, pero la identidad permanece. Esa tensión –ser y no ser humano– es el núcleo dramático de los Ghoul en cada entrega de Fallout. Son los testigos involuntarios de una tragedia histórica y, al mismo tiempo, figuras que deben sobrevivir en sociedades cada vez más salvajes.

Los Ghoul incorporan una paradoja fundamental. Son los más frágiles en términos sociales –marginados, señalados, vigilados– y al mismo tiempo los más resistentes en términos biológicos. Viven lo suficiente para ver cómo las sociedades humanas repiten viejos errores: luchas faccionales, culto a la tecnología, xenofobia, militarización extrema. Y, aun así, continúan adelante. Esa persistencia, más que su apariencia, define su función dentro de la mitología de Fallout.

que son los ghoul
Walton Goggins como The Ghoul en Fallout

Los Ghoul de Fallout, explicados

La historia de los ghouls en el universo de Fallout comienza con el apocalipsis nuclear producido por la Gran Guerra. Si los millonarios pudieron comprar un refugio en las bóvedas creadas por Vault-Tec, la mayoría de la población estadounidense fue prácticamente erradicada por la lluvia radiactiva. Algunos sobrevivientes pudieron evitar la toxicidad destructiva del aire y comenzaron a habitar en la superficie. Otros no pudieron salir inmunes del desastre. Miles de personas quedaron con sus cuerpos consumidos por los altos niveles de radiación.

La mayor parte de los ghouls de Fallout fueron testigos de las caídas de las bombas nucleares, más de doscientos años antes de la línea de tiempo de la serie: son los sobrevivientes mutados del holocausto nuclear. Pero la exposición continua a los elementos radiactivos de Wasteland también puede desencadenar la transformación a un ritmo lento, inexorable.

También existen sustancias producidas por los humanos que transforman a una persona en un ghoul: en el episodio 7, un curandero administra un “remedio curativo” a Thaddeus que rehabilita el pie destrozado del escudero. Más tarde, cuando una lanza le atraviesa el cuello, su piel cicatriza espontáneamente: se ha convertido en un ghoul.

En los juegos de Fallout, los ghouls son esencialmente enemigos sin rostro que el jugador debe matar. Sus propiedades regenerativas los hacen resistentes a la mayoría de las formas de dañarlos. Han asimilado completamente la radiación, pueden resistir varios tipos de disparos de bala y, en algunos casos, incluso pueden volver a unir partes del cuerpo y apéndices. La mayoría de los ghoul son inmunes a ciertas drogas y adictos a otras –como el Jet, la peligrosa sustancia de Wasteland– que les permiten desacelerar la degradación psíquica que produce su inmunidad al daño y envejecimiento físico.

ghoul salvaje
Roger, uno de los ghoul salvajes de Fallout de Prime Video

La variante Feral Ghoul (Ghoul Salvaje)

La figura del “feral” condensa la ambigüedad de los ghoul. No se trata de un tipo biológico sino de una consecuencia extrema de la mutación. Cuando la radiación supera la capacidad cognitiva de resistencia, el sujeto se desintegra en impulsos primarios. El feral ghoul no recuerda, no razona, no planifica. Es pura reacción. Fallout utiliza esta degradación para tensar la línea entre humanidad y monstruosidad: cualquier Ghoul puede cruzarla. La frontera no es moral ni cultural, sino fisiológica. Por eso, cada comunidad ghoul convive con la posibilidad de que uno de los suyos se pierda en ese punto sin retorno.

El feral ghoul –una variante también conocida como feral zombis o ghoul locos– es la versión en que el control desaparece y con él cualquier posibilidad de agencia. El paso de ghoul a feral es uno de los ejes más inquietantes del universo Fallout, porque demuestra que la humanidad no se pierde de una vez. Se erosiona. El feral es el recordatorio de que la mutación no garantiza ni estabilidad ni identidad. Es una deriva.

Esta condición liminar explica por qué los Ghoul se organizan en enclaves semiautónomos dentro de Wasteland. Los centros urbanos, tanto en la Costa Este como en el Mojave, muestran patrones similares: sectores apartados, comercio restringido, vigilancia constante. Las bóvedas de Vault-Tec, que originalmente buscaban aislar a la población para estudiar sus reacciones a diferentes condiciones experimentales, nunca contemplaron la convivencia con ellos. El prejuicio es un elemento constitutivo del orden social postnuclear. Los Ghoul no solo son diferentes: recuerdan demasiado. Su larga vida, su biografía extendida y su memoria intacta son una forma de amenaza para cualquier narrativa oficial.

fallout que son los ghoul
Walton Goggins como The Ghoul en Fallout de Prime Video

El Ghoul como memoria del desastre

Este rol de archivo vivo convierte al Ghoul en una figura histórica antes que en un tipo de criatura. Personajes como Hancock en Fallout 4 o Cooper Howard en Fallout de Amazon dejan claro que su valor narrativo proviene de lo que han visto. Son sobrevivientes de un mundo previo y observadores de uno nuevo que rara vez los incluye. Hablan con claridad del día de las bombas, del tránsito entre el colapso y la reconstrucción. Mientras los demás habitantes de Wasteland aprenden la historia en fragmentos –propaganda, ruinas, mitologías tecnológicas– ellos la vivieron. Esa perspectiva modifica cada relato en el que intervienen.

Función económica de los ghoul: Inmunidad y explotación

En su dimensión económica, los Ghoul representan un problema y una oportunidad. La inmunidad relativa a la radiación los hace valiosos en zonas inaccesibles para otros. Minan depósitos, reparan estructuras, recuperan tecnología. La sociedad se aprovecha de sus habilidades, pero rara vez les concede un lugar igualitario. En muchas ciudades funcionan como trabajadores de riesgo permanente, libres de contratos formales y sometidos a sistemas de pago informal. La explotación es estructural, no accidental. El mundo postnuclear, como el anterior, administra sus márgenes para sostener su propia lógica de poder.

fallout red rocket
The Ghoul llega a una estación Red Rocket en la serie Fallout

Fallout: La dimensión ética de los Ghoul

En términos simbólicos, los Ghoul de Fallout condensan la pregunta por la identidad en un entorno donde nada permanece intacto. Wasteland es escenario de mutaciones constantes: animales, plantas, tecnología y sociedades se redefinen para sobrevivir. Pero los Ghoul llevan esa mutabilidad en el cuerpo. La piel agrietada y el tono cetrino no son señales de un pasado que los marcó; son parte de su presente continuo. Cada día despiertan en un estado que no cambia, pero que tampoco mejora. Esa estabilidad forzada genera otro tipo de angustia: la inmortalidad parcial. La promesa de no morir no implica vivir mejor.

Fallout de Amazon profundiza esta idea al mostrar la dimensión ética de los ghoul. Cooper Howard, moldeado por décadas de violencia y negociación precaria con humanos y no-humanos, es un operador que adapta sus reglas a un entorno que no respeta las suyas. No es un villano tradicional. Es un sobreviviente que ajusta cada decisión a la mecánica inestable de Wasteland. La narrativa lo construye como figura bisagra: conoce lo que fue, entiende lo que es y asume que el futuro probablemente no lo incluya.

Fallout: Los Ghoul como resistencia cultural

Sin embargo, el universo Fallout también ofrece otra lectura: los Ghoul como forma de resistencia cultural. Siguen hablando, comerciando, formando alianzas y generando espacios comunitarios. No se pliegan a la destrucción total, sino que producen nuevas maneras de habitar Wasteland. Algunos se convierten en líderes locales, otros en figuras políticas, otros en criminales. La heterogeneidad es parte del concepto. No son monstruos uniformes, sino sujetos con trayectorias diversas.

Wasteland está lleno de criaturas agresivas, letales o exóticas. Pero ninguna posee la carga histórica, política y simbólica de los Ghoul. Son el testimonio de un mundo arrasado y la prueba de que incluso en contextos devastados persisten la memoria y el conflicto por la identidad. No representan el futuro ni el pasado: representan lo que queda cuando ambos colapsan.

Su apariencia y naturaleza estereotipadamente peligrosa han convertido efectivamente a los ghouls en ciudadanos de segunda clase en los asentamientos del mundo, aunque probablemente tengan más conocimientos y sensibilidad que cualquier otra persona en el planeta. Aunque hay muchos ghouls en la franquicia, la criatura interpretada por Walton Goggins es una nueva incorporación a la memorable raza de posthumanos mutados de este universo.

the ghoul walton goggins
Walton Goggins como The Ghoul en Fallout

El personaje The Ghoul de Walton Goggins en la serie Fallout

Antes de convertirse en The Ghoul, el personaje de Walton Goggins era conocido como Cooper Howard, un reconocido actor dedicado al western -una versión higienizada del heroísmo norteamericano- una persona íntegra, comprometida con sus valores y con la preservación de su imagen. Su caída en desgracia personal se conecta con la de la sociedad: los valores de Cooper mueren junto con la civilización. Cooper Howard se ha erosionado, y su lugar es ocupado por un mercenario de sangre fría. A través de sus actividades, The Ghoul se ha ganado la reputación de ser uno de los cazarrecompensas más competentes de Wasteland.

Cuando las bombas caen, Cooper sobrevive por exposición directa a la radiación. Ese proceso no lo convierte de inmediato en un Ghoul, sino que marca el inicio de una transformación prolongada que abarca décadas. Conforme el cuerpo muta y la piel se reseca, la identidad de Cooper se vuelve un territorio en disputa: entre lo que recuerda del Viejo Mundo y lo que necesita para sobrevivir en el nuevo. Fallot de Prime Video no lo presenta como víctima trágica ni como monstruo recién nacido, sino como un sujeto que reorganiza su ética en función de un entorno donde la estabilidad dejó de existir.

Dado su roce con la radiación, The Ghoul de Goggins ha vivido durante doscientos de años. En ese tiempo, pasó de ser un cariñoso padre y esposo a convertirse en un pistolero insensible. Si bien Fallout de Prime Video se inspira en los juegos, The Ghoul es una mirada más humana a un ser decididamente posthumano.

A lo largo de más de doscientos años, Cooper se convierte en un operador de Wasteland: cazarrecompensas, mercenario y negociador en zonas donde la violencia es norma. No trabaja para una facción específica ni adhiere a una causa ideológica. Su única regla es la supervivencia, y la supervivencia exige distancia emocional, cálculo constante y una lectura precisa del riesgo. Pero incluso en ese estado endurecido, Cooper no se desvincula de su pasado. Conserva objetos, nombres y fragmentos de memoria que lo anclan a la vida anterior. La serie utiliza esos recuerdos como ejes de un relato donde la identidad ghoul no implica olvido, sino todo lo contrario: una memoria que no puede apagarse y que, por momentos, se vuelve obstáculo.

En la franquicia Fallout, todos los ghoul salvajes alguna vez fueron normales, lo que significa que personas como Cooper Howard están condenadas a sufrir esta transformación en algún momento u otro. Lo que particulariza al personaje de Goggins es la cantidad de tiempo que pudo evitar este destino. El episodio 1 de Fallout confirma que la historia principal tiene lugar 219 años después del apocalipsis, por lo que The Ghoul tiene cerca de 270 años. Mediante el uso de misteriosos viales de líquido amarillo que parecen ralentizar el proceso, Cooper ha logrado sobrevivir a la mayoría de los ghoul en el mundo de Fallout.

Cooper no sólo es un ghoul, sino que es uno particularmente infame, y su reputación como un despiadado cazarrecompensas es conocida en todo el territorio de lo que alguna vez fue Los Ángeles. La historia de The Ghoul en Fallout es de una ironía trágica: como todo actor del star system de Hollywood, era una figura reconocida, valorada y admirada que dependía de su apariencia; ahora, es un recuerdo ambulante de la guerra, con sus marcas cosidas a la piel y condenado al ostracismo.

Su relación con Lucy y con la búsqueda de respuestas sobre las Vaults actúa como motor narrativo. El viaje no es únicamente geográfico; es un regreso involuntario al origen de su mutación. Cada encuentro, cada pista sobre el rol de Vault-Tec durante la caída del mundo, reactiva en Cooper preguntas que mantuvo en suspensión durante décadas. El personaje se reconstruye en la medida en que enfrenta aquello que lo convirtió en lo que es. Fallout de prime Video evita reducirlo a un antihéroe de manual y lo presenta como figura compleja, cuya violencia no surge del odio sino de la práctica y de una vida donde la moral es un lujo que pocas veces se puede sostener.

The Ghoul es, al mismo tiempo, mito y residuo político. Su longevidad le permite atravesar los restos del Viejo Mundo y comprobar cómo las nuevas sociedades repiten, con variaciones mínimas, las lógicas de exclusión, explotación y concentración de poder del pasado. En ese sentido, Cooper Howard no es solo un personaje funcional a la trama: es la conexión más directa entre la historia previa a las bombas y el presente del Yermo. Su existencia articula ambos tiempos, recordando que el colapso no borró el mundo anterior; solo lo deformó.

DISPONIBLE EN PRIME VIDEO.

NOTAS RELACIONADAS