A24 se impuso en una batalla comercial que involucró a algunos de los nombres más relevantes del horror contemporáneo. La empresa ganó los derechos cinematográficos y televisivos de La Masacre de Texas (The Texas Chainsaw Massacre) y ya trabaja en el desarrollo de una serie junto al director de Strange Darling, JT Mollner y el productor de Weapons, Roy Lee. La decisión marca el retorno de una franquicia que lleva décadas navegando entre remakes fallidos y secuelas que diluyeron el poder devastador del filme original de Tobe Hooper.
La competencia fue feroz. Bryan Bertino, director de The Strangers, presentó una propuesta para largometraje. Oz Perkins, quien dirigió Longlegs, se sumó como productor a otra iniciativa. Taylor Sheridan, creador de Yellowstone, Landman y Tulsa King, también compitió por los derechos. Jordan Peele estuvo brevemente en consideración antes de retirarse por razones no reveladas. Sin embargo, ninguna oferta logró superar la propuesta de A24, que combina el prestigio acumulado en el género con un equipo creativo que viene de entregar trabajos destacados.
La alianza entre Mollner y Lee resulta de particular interés. Ambos colaboraron recientemente como escritor y productor en The Long Walk, adaptación de la novela de Stephen King que se estrena el 25 de septiembre en Argentina. El productor Roy Lee ya habría presentado la propuesta a Netflix, aunque el proyecto aún no tiene hogar definitivo.
La Masacre de Texas busca reinventarse en la era del streaming
La franquicia La Masacre de Texas nació en 1974 y atraviesa uno de los períodos más complejos de su historia. Después del éxito comercial del remake de 2003, que disparó la ola de reinterpretaciones de horror clásico durante la década siguiente, cada nueva entrega pareció alejar más al personaje de Leatherface de su esencia primitiva y aterradora. Texas Chainsaw 3D intentó revivir la saga en 2013 con resultados tibios. Leatherface, el precuela de 2017, fracasó en taquilla y crítica. La secuela de Netflix de 2022, también titulada La Masacre de Texas, recibió una recepción negativa.
Esta situación convierte a la serie de A24 en una oportunidad de rescate. La productora demostró su capacidad para revitalizar el horror con filmes como Hereditary, Midsommar, la trilogía X de Ti West. Su enfoque privilegia la construcción atmosférica, el desarrollo de personajes y la exploración de temas profundos por encima de los sustos mecánicos. Aplicar esta filosofía a la mitología de La Masacre de Texas podría resultar en la reinvención que la franquicia necesita desde hace años.
El formato televisivo ofrece ventajas evidentes. Permite desarrollar la mitología familiar de los Sawyer con mayor profundidad, explorar el entorno rural de Texas como elemento narrativo central y construir tensión de forma gradual. La serie podría abordar aspectos apenas insinuados en las películas: los orígenes del canibalismo familiar, la dinámica interna del clan, el aislamiento geográfico como catalizador de la violencia.
El horror clásico conquista la televisión
La Masacre de Texas se suma a una tendencia que redefine el consumo de horror. Chucky logró trasladar exitosamente la franquicia Child’s Play a la televisión, manteniéndose tres temporadas en USA y Syfy con una base de fanáticos sólida. Alien: Earth generó en 2025 algunas de las mejores reacciones críticas y populares que la saga ha recibido en años. La estrategia demuestra que las propiedades de horror clásico pueden encontrar nueva vida en el formato episódico.
A24 maneja simultáneamente varios proyectos de este tipo. Desarrolla para Peacock una precuela televisiva de Martes 13 centrada en Pamela Voorhees, madre de Jason. El universo de Stephen King también se expande con It: Bienvenidos a Derry, que se estrena en HBO Max durante octubre de 2025. HBO acaba de anunciar una serie precuela de El Conjuro. El panorama sugiere que el horror clásico encontró en la televisión premium una plataforma ideal para la experimentación narrativa.
La clave está en el equilibrio. Estas adaptaciones deben mantener los elementos que hicieron memorables a los originales mientras incorporan capas de complejidad que justifiquen el formato extendido. La Masacre de Texas original funcionaba por su brutalidad directa, su economía narrativa y la sensación de amenaza constante. Una serie exitosa deberá preservar esa intensidad mientras construye un mundo más amplio alrededor de Leatherface y su familia.
La elección de A24 como productora de La Masacre de Texas genera expectativas elevadas. El estudio estableció nuevos estándares para el horror de autor, combinando propuestas estéticamente arriesgadas con narrativas que trascienden las convenciones del género. Su catálogo incluye desde el folk horror de The Witch hasta la sátira sangrienta de Muerte, Muerte, Muerte. Aplicar esta diversidad creativa a una franquicia que necesita desesperadamente una nueva perspectiva podría resultar en uno de los proyectos de horror televisivo más ambiciosos de los últimos años.
