The Beatles Anthology 2025 es el relato completo de cómo cuatro chicos de Liverpool se convirtieron en la banda sonora del siglo XX. El documental original lo emitió ABC en noviembre de 1995 y el planeta se detuvo. Ciento noventa millones de personas miraron a tres hombres hablar de cuando eran jóvenes y cambiaban el mundo sin darse cuenta. Porque los Beatles no sabían que estaban haciendo historia. Creían que estaban tocando rock and roll.
La serie de Disney+ acompaña el lanzamiento del Anthology 4 y Peter Jackson –que ya había hecho un pequeño milagro retrospectivo con Get Back– vuelve a la banda para restaurar la obra de Geoff Wonfor y Bob Smeaton y sumarle brillo, textura y un capítulo extra. Son nueve episodios. Nueve horas del evangelio según sus propios dioses.

The Beatles Anthology 2025: De Liverpool a conquistar el mundo
The Beatles Anthology 2025 empieza en Liverpool, esa ciudad portuaria del norte de Inglaterra que en los años 50s era un agujero gris donde el único escape era la música que llegaba en los barcos desde Estados Unidos. Los discos de Chuck Berry, Little Richard, Elvis Presley entraban de contrabando y los chicos los escuchaban hasta romperlos.
John Lennon era un angry young men con anteojos gruesos que armó una banda skiffle porque no tenía plata para comprarse una guitarra eléctrica. Paul McCartney era el chico bonito que conoció a John en una fiesta parroquial y se ganó su lugar tocando Twenty Flight Rock. George Harrison tenía quince años y se unió al grupo porque tocaba la guitarra como si tuviera treinta. Pete Best era el baterista que después echaron. Ringo Starr llegó al final, y fue el que hizo que todo funcionara.
La primera parte de The Beatles Anthology 2025 es una máquina de combustión. Las imágenes muestran a cuatro jóvenes sin mística, sin destino escrito. Lo que hay es disciplina improvisada, precariedad, noches interminables. Anthology reemplaza la épica del origen por el rigor del oficio. Los Beatles no nacen iluminados: nacen afinando guitarras en habitaciones donde nadie dormía.
El archivo que despliega la serie es obsceno. Hay grabaciones caseras de las primeras sesiones en Hamburgo, cuando los Beatles tocaban ocho horas por noche en un antro alemán y se drogaban con pastillas para mantenerse despiertos. Hay filmaciones en blanco y negro de los conciertos en el Cavern Club, ese sótano en Liverpool donde tocaron casi trescientas veces antes de que Brian Epstein los viera.
Hay fragmentos de las audiciones con las discográficas que los rechazaron porque “los grupos de guitarras están pasados de moda”. Hay imágenes del estudio de grabación donde George Martin –el productor que les enseñó que el rock podía ser tan complejo como la música clásica– les dio forma a canciones que empezaban como bocetos y terminaban como si contuvieran una revolución de tres minutos.

The Beatles Anthology 2025: The Beatles en primera persona
The Beatles Anthology 2025 funciona porque es un documental narrado por testigos que no mienten pero tampoco dicen toda la verdad. Paul cuenta la versión oficial con esa capacidad suya de convertir el caos en anécdota simpática. George habla poco y cuando habla destruye mitos. Ringo es el que te cae bien, el que admite que no entendía la mitad de lo que pasaba pero estaba feliz de estar ahí. Y John, desde el más allá, dice las cosas como que los Beatles eran buenos pero no tanto, que la fama los enfermó, que el amor y la paz son más importantes que cualquier banda de rock and roll.
Lo que Anthology 2025 muestra mejor es el trabajo. Probaban versiones, descartaban arreglos, reescribían letras hasta que funcionaban. Strawberry Fields Forever tiene más de cincuenta tomas. A Day in the Life se grabó con una orquesta de cuarenta músicos improvisando un crescendo porque John Lennon dijo “quiero que suene como el fin del mundo”. El genio no era espontáneo: era el resultado de cuatro músicos obsesivos que se negaban a conformarse con lo que ya habían hecho.
La Beatlemanía aparece como lo que fue: un fenómeno de histeria colectiva que nadie supo cómo controlar. Las chicas gritaban tanto en los conciertos que la banda no se escuchaba. Los Beatles dejaron de mejorar como músicos en vivo porque era imposible ensayar cuando tenías que huir de hoteles por las salidas de emergencia. La fama los convirtió en prisioneros de su propio éxito.
Cada episodio funciona como un intercambio. La memoria de cada uno de los integrantes de la banda corrige, contradice o ajusta la del otro. Anthology no busca decidir quién tiene razón: permite que las diferencias respiren. El mito, desnudo, se vuelve humano. No hay villanos ni héroes; hay roces, egos, agotamiento, cariño. La sinceridad no surge del arrepentimiento: surge de la distancia. Ya no están peleando por la continuidad del grupo; están tratando de recordar cómo sobrevivieron a él.
Los episodios dedicados a la etapa de estudio –del 66 al 70– es donde The Beatles Anthology 2025 alcanza su clímax. Es el momento en que los Beatles decidieron que no les alcanzaba con ser la banda más grande del mundo. Querían ser la mejor. Revolver, Sgt. Pepper’s, The White Album, Abbey Road: cada disco era un salto al vacío. Grababan las guitarras al revés, metían orquestas sinfónicas en canciones de tres minutos, usaban loops de cinta magnética antes de que existieran los samplers.
Cada plano está calculado, cada transición tiene sentido, cada canción aparece en el momento exacto. El blanco y negro de las primeras imágenes de Liverpool, el color saturado de los años psicodélicos, el tono más sobrio de las sesiones finales: todo comunica.
La música es droga en formato 1:33:1. Las tomas alternas, los ensayos, los fragmentos de pistas aisladas revelan una calidad que hoy parece ciencia ficción. Cada arreglo tiene un propósito. Cada experimento responde a una intuición precisa. Anthology convierte la invención en evidencia: esas canciones no son milagros, son decisiones. Pequeños movimientos que, sumados, cambiaron la historia de la música.
Lo que The Beatles Anthology 2025 también deja ver es cómo se fueron destruyendo. Las grietas empezaron cuando Brian Epstein, el manager que los había descubierto y protegido, murió de sobredosis en 1967. Sin Epstein, los Beatles eran cuatro personas sin norte, que tomaban malas decisiones de negocios y se peleaban por quién tenía más poder. Yoko Ono aparece en las sesiones de Let It Be y la banda se tensa. No porque Yoko fuera el problema, sino porque representaba lo que John había decidido: que los Beatles ya no eran lo más importante de su vida.

The Beatles, o cómo se construye la banda más grande de la historia
The Beatles Anthology 2025 no es solo un documental sobre los Beatles: es un documental sobre cómo se construye el mito mientras el mito todavía respira. Los Beatles controlaron cada segundo de metraje, cada declaración, cada archivo que se usó. Lo que hay es la versión oficial contada por los dueños de la historia. Y sin embargo, la verdad aparece igual: en la tristeza de George cuando habla de haber sido ignorado durante años, en la incomodidad de Paul cuando tiene que comentar las cosas que John dijo sobre él después de la separación, en la honestidad brutal de Ringo cuando admite que al final ya no se soportaban.
El episodio extra de The Beatles Anthology 2025 muestra a los tres sobrevivientes regresando al estudio para grabar dos canciones nuevas sobre demos que John había dejado grabados antes de morir. Free as a Bird y Real Love son experimentos de necrofilia musical: la voz de John cantando desde 1977, con Paul, George y Ringo agregando partes nuevas en el 94.
El resultado es raro, fantasmal, conmovedor. No son grandes canciones –ni siquiera son buenas canciones de los Beatles– pero importan porque prueban que la banda nunca terminó de separarse. Que Paul seguía necesitando la aprobación de John, que George seguía peleando por espacio, que Ringo seguía ahí, tocando lo justo para que la canción funcionara.
The Beatles Anthology se emitió en un momento perfecto. 1995: el rock alternativo dominaba las radios, el britpop intentaba resucitar la tradición británica, MTV todavía pasaba videos. Los Beatles llevaban veinticinco años separados pero seguían vendiendo más discos que cualquier banda contemporánea. La nostalgia ya era industria y ellos eran su producto más exitoso.
La cultura pop inventó miles de formas de copiar a los Beatles, pero ninguna pudo superarlos. Lo que The Beatles Anthology 2025 demuestra es que fueron la última banda que el mundo entero escuchó al mismo tiempo. Después de ellos llegó la fragmentación: el rock se dividió en mil subgéneros, las audiencias se atomizaron, la música dejó de ser el centro cultural. Los Beatles fueron el último consenso, cuando un disco nuevo podía cambiar cómo sonaba el planeta.
DISPONIBLE EN DISNEY+.



