Paul Greengrass vuelve a su zona de confort: el caos administrado, la catástrofe en tiempo real, los hombres que descubren que la acción es apenas otra forma del miedo. A Través del Fuego (The Lost Bus) de Apple TV+ reconstruye el incendio de Paradise, California, con testosterona documental y la mirada de un cronista que todavía cree que el cine puede capturar la realidad si se la persigue lo suficiente. Pero Greengrass no filma el fuego: filma la forma en que un país se quema sin darse cuenta.
La película arranca con Kevin (Matthew McConaughey), un conductor escolar recién divorciado, con un hijo que lo odia con intensidad filial, una madre senil y todas las marcas del perdedor funcional que Hollywood adora redimir. Es el tipo de personaje que McConaughey puede interpretar dormido: arrugado, cansado, con esa voz pastosa que arrastra las palabras como si cada sílaba le costara un cigarrillo. Kevin conduce un autobús amarillo por Paradise, California, un pueblo sin atributos y de nombre cruel, considerando que está a punto de convertirse en un infierno.

A Través del Fuego: El infierno en Paradise
8 de noviembre de 2018. La causalidad termodinámica del desastre climático: una línea eléctrica defectuosa genera una chispa, el viento y la vegetación seca de siete meses sin lluvia la transforma en un incendio que se propaga más rápido que la capacidad de reacción de las autoridades. Paradise está del lado equivocado del fuego. Los bomberos llegan tarde, no pueden acceder al foco inicial, improvisan un plan B que ya es un plan C cuando lo ejecutan. La cámara se mueve como un testigo confundido: tiembla, se acerca demasiado, retrocede, enfoca lo que importa un segundo después de que sucede. El fuego se propaga con la misma lógica que el montaje: imprevisible, desordenado, vivo.
El fuego no es una imagen: es un organismo que respira, un sonido que avanza desde el fondo del plano hasta llenar la pantalla. Cuando las llamas cercan la carretera y el aire se vuelve amarillo, A Través del Fuego alcanza su punto más inquietante: la realidad se ha vuelto irrespirable.
Kevin recibe una llamada de su jefa Ruby (Ashlie Atkinson) para que recoja de una escuela a un grupo de 22 niños y a su maestra Mary (America Ferrera) y los lleve a un punto de evacuación. El fuego avanza. Las rutas de escape se cierran. El cielo se se vuelve naranja, luego rojo, finalmente negro. El autobús se convierte en una cápsula de supervivencia ambulante en medio en un laberinto de calles bloqueadas y árboles en llamas del infierno californiano.
Paul Greengrass siempre trabajó en la frontera entre el documental y el cine de acción. En United 93 usó la cámara en mano para devolverle el vértigo a un acontecimiento anestesiado por los noticieros. En Capitán Phillips convirtió una operación de rescate en un retrato sobre la soledad del liderazgo. Aquí intenta algo similar, pero sin el respaldo de una causa heroica: A Través del Fuego no tiene villanos, ni terroristas, ni piratas somalíes. Tiene un país que no sabe cómo proteger a sus ciudadanos.
El fuego no es metáfora: es el resultado exacto de lo que pasa cuando el progreso se hace a fuerza de suicidar el planeta. A Través del Fuego muestra la cadena de responsabilidades que une siete meses sin lluvias con el trabajador municipal que no revisa la línea de alta tensión y la corporación que recorta presupuestos con una comunidad que naturaliza el riesgo. Nadie decide el incendio, pero todos lo fabrican. Y en esa distancia entre lo que pasa y cómo se registra, A Través del Fuego encuentra su verdad: el espectáculo es el modo en que el sistema se cuenta a sí mismo para olvidar su propia culpa.

A Través del Fuego: Matthew McConaughey en el corazón del desastre
Matthew McConaughey hace lo que mejor sabe: construir un personaje con los restos de sí mismo. Su Kevin McKay no es un héroe sino un hombre que acepta la derrota como estado natural. Cuando mira el fuego a través del parabrisas, no hay admiración ni pánico, solo resignación. Sabe que el mundo se cae a pedazos y que el único gesto posible es seguir manejando.
A Través del Fuego no alcanza la intensidad de sus antecedentes como El Salario del Miedo o Sorcerer. Esas películas construían tensión mediante la acumulación gradual de obstáculos, mediante el tiempo sostenido sobre situaciones imposibles. Aquí, cada vez que la tensión alcanza su punto máximo, Kevin y Mary conversan sobre segundas oportunidades, sobre redención paterna, sobre el significado de la valentía.
El guion, coescrito con Brad Ingelsby, cae en el didactismo –algunas líneas de diálogo parecen escritas para espectadores que no confían en lo que ven–, pero donde la palabra explica, la imagen corrige. Y cuando el fuego alcanza la carretera y el humo vuelve el mundo opaco, A Través del Fuego se libera de todo pretexto narrativo: ya no se trata de salvar, sino de sobrevivir. Greengrass filma con una mezcla de urgencia y compasión que desactiva el cinismo. Su cámara no busca belleza en la tragedia sino el heroísmo en la acción.
El fuego es el verdadero protagonista de la película. Greengrass lo filma como un organismo vivo: la cámara sobrevuela las llamas y se siente el calor, el hambre, la violencia indiferente del desastre natural. Hay imágenes apocalípticas, cuadros infernales donde el mundo parece estar terminándose. Greengrass sabe utilizar el zoom para propósitos narrativos, sabe cuándo sostener un plano para capturar múltiples acciones simultáneas, sabe construir geografía espacial incluso en medio del caos. Cuando la película funciona, funciona porque Greengrass es un artesano eficiente del cine de catástrofes.
En su mejor momento, A Través del Fuego parece menos interesada en el incendio que en la manera en que una comunidad reacciona ante la pérdida. Nadie sabe cómo seguir, pero todos siguen. Es el único gesto político posible en un mundo que se devora a sí mismo. Seguir adelante, incluso cuando el fuego ya pasó, es la única forma de no quedar atrapado en él. Y ahí está Greengrass, todavía moviendo la cámara, todavía buscando sentido entre el ruido y el humo. Todavía filmando la imposibilidad de apagar un incendio que, de un modo u otro, nos sigue quemando.
DISPONIBLE EN APPLE TV+.
 
				 
								

