Zach Cregger, director de Weapons (La Hora de la Desaparición), confirmó que la historia de la tía Gladys no terminó con su brutal final en la pantalla. Warner Bros. ya trabaja junto al cineasta en una precuela que pondrá en el centro al personaje interpretado por Amy Madigan, convertido en uno de los villanos más inquietantes y comentados del cine de terror reciente.
La noticia fue confirmada por el propio Cregger en entrevista con Fangoria: “Es real y he estado hablando con Warner Bros. sobre ello. Hay una historia y estoy bastante entusiasmado. No es humo”. El director explicó que la idea de una película en solitario para Gladys existía incluso antes del estreno de Weapons, que se transformó en un éxito global con más de 260 millones de dólares recaudados en taquilla.

La precuela de Weapons: El origen de Gladys
Apenas días después del estreno, The Hollywood Reporter había revelado que Warner consideraba expandir el universo de Weapons con una película centrada en la tía Gladys, la bruja-parásito que desaparece a 17 niños. Aquella información hablaba de líneas narrativas descartadas durante la escritura del guion: fragmentos de la historia de Gladys que Cregger decidió eliminar para mantener el misterio, pero que podrían convertirse en la base de la precuela.
El director ahora confirma que no se trata solo de rumores: “Estaba listo. Tenía la idea en el bolsillo antes de que la película se estrenara”, dijo. Esa preparación previa explica la rapidez con la que se dio luz verde al proyecto.

La tía Gladys: Una villana que pide más
La tía Gladys se convirtió en el núcleo secreto de Weapons. Durante gran parte del film, la trama se sostiene en el misterio de los niños desaparecidos, la culpa de los adultos y la atmósfera de duelo en el pueblo. Pero en el último tramo aparece esta anciana excéntrica que se presenta como familiar de Alex Lilly y que, con rituales de magia artesanal, convierte a los niños en armas vivientes.
Su ambigüedad –¿bruja, demonio, parásito, impostora familiar?– y la interpretación de Amy Madigan, mitad camp mitad amenaza, la volvieron inolvidable. Gladys no es un monstruo clásico: demasiado humana y demasiado absurda al mismo tiempo, una figura grotesca que oscilaba entre lo cómico y lo aterrador.
En entrevistas, la propia Madigan defendió al personaje: “Creo que es una mujer muy incomprendida. Sí, soy la villana, pero es alguien que hace lo que cree necesario para sobrevivir”. Esa mezcla de necesidad y crueldad abrió la puerta para que el público pidiera más: ¿quién era realmente Gladys? ¿De dónde venía su magia? ¿Era de verdad pariente de Alex o se infiltró en la familia como un parásito?
La precuela promete responder, o al menos explorar, algunas de esas preguntas.

Qué podría contar la precuela de la tía Gladys
Aunque todavía no hay sinopsis oficial, todo apunta a que la nueva película recuperará las escenas de la historia de Gladys que quedaron fuera del montaje de Weapons. El guion original incluía referencias a su pasado: menciones a enfermedades antiguas como la “tisis” o “consunción” que situaban su origen en el siglo XIX, y una relación con símbolos célticos como el árbol de espinas y la campana marcada con un triángulo y el número seis.
Una precuela podría explorar:
- Los orígenes de su magia: cómo aprendió a usar objetos personales, cabellos y sangre para controlar cuerpos.
- Su longevidad: si realmente se trata de una anciana común o de un ser que lleva más de un siglo sobreviviendo al consumir la vida de otros.
- La infiltración familiar: cómo se vinculó con los Lilly, si de verdad era su tía abuela o si ocupó ese lugar como disfraz para esconder su naturaleza.
- El mito del parásito: el paralelo con los hongos Cordyceps y otras formas de vida que invaden a sus huéspedes.
El atractivo de la precuela está justamente en esa mezcla: explicar sin traicionar el misterio, darle densidad a un personaje que en Weapons funcionó como enigma y motor del horror.

Zach Cregger entre dos proyectos
Antes de meterse de lleno en la precuela de Gladys, Cregger tiene otro desafío: la nueva adaptación de Resident Evil, la saga de videojuegos de Capcom. El director ya adelantó que no contará la historia de Leon ni repetirá lo visto en las consolas, sino que inventará un relato paralelo con personajes originales: “Es una carta de amor a los juegos, pero sigo las reglas de ese universo. No voy a repetir lo que ya está contado”.
Ese proyecto podría demorar el inicio del rodaje de la precuela, aunque Warner y Cregger parecen decididos a no dejar enfriar el interés por Weapons.
El lugar de Gladys en el nuevo terror
La confirmación de la precuela coloca a Gladys en la misma liga que otras villanas que terminaron robándose sus películas. Algo similar ocurrió con la Madre de Barbarian, también dirigida por Cregger, o con personajes como Pearl en el universo de X de Ti West. Figuras grotescas, excesivas, que funcionan como catalizadores de traumas colectivos y metáforas del miedo contemporáneo.
En ese sentido, Gladys representa una evolución: del monstruo oculto en el bosque al monstruo sentado en la mesa. Su poder no se basa en la fuerza bruta ni en lo sobrenatural desbocado, sino en la manipulación íntima, en el control psicológico y físico de quienes la rodean. Esa cercanía es lo que la hace más perturbadora.
El interés en expandir la historia tiene que ver con el fenómeno que fue Weapons. Estrenada en 2025 con Julia Garner, Josh Brolin y Amy Madigan, la película sorprendió al combinar un misterio coral con un giro sobrenatural. Fue celebrada por la crítica, alcanzó un 95% en Rotten Tomatoes y multiplicó la taquilla de Barbarian, el debut de Cregger en el género.
El público salió hablando de la tía Gladys. En foros y redes sociales, se multiplicaron las teorías sobre su origen, sus poderes y su relación con el pueblo de Maybrook. Convertida en la imagen más recordada del film –junto con los niños corriendo con los brazos extendidos a las 2:17–, no sorprendía que Warner quisiera capitalizar ese interés.

La precuela de Weapons: Expectativas y riesgos
La pregunta que queda es si una precuela puede sostener el magnetismo de Gladys sin arruinar su enigma. Parte del terror de Weapons radicaba en no saber exactamente qué era. Cregger parece consciente de ese riesgo: en entrevistas explicó que lo importante no es dar una respuesta definitiva, sino expandir el universo con nuevas situaciones que mantengan la ambigüedad.
La precuela, entonces, no debería funcionar como una explicación racional sino como una exploración: un viaje hacia los orígenes de un mal que se alimenta de la dependencia y el miedo.
Con Weapons, Zach Cregger confirmó que es uno de los nuevos autores del terror norteamericano. Ahora, con la precuela de la tía Gladys en camino, se juega la oportunidad de consolidar un universo propio, con personajes que trascienden una sola película.
La apuesta no es menor: convertir a Gladys en un ícono del género, al nivel de villanos como Annie Wilkes, Freddy Krueger o los contemporáneos Art the Clown y Pearl. Una anciana excéntrica, mitad ridícula y mitad aterradora, que con un árbol espinoso, una campana y un mechón de pelo se volvió el monstruo más inquietante del año.



