El boicot cultural contra Israel sumó una nueva declaración en la industria audiovisual. La organización Film Workers for Palestine publicó un documento en el que se comprometen a no trabajar con instituciones israelíes vinculadas a políticas de genocidio y apartheid contra el pueblo palestino. La iniciativa, que en un comienzo reunió a 1.200 firmantes, ya supera los 3.900 nombres, entre ellos directores, guionistas, actores y productores de distintos países.
Entre los primeros en respaldar el texto se encuentran Yorgos Lanthimos, Ava DuVernay, Adam McKay, Boots Riley, Emma Seligman, Joshua Oppenheimer y Mike Leigh. También figuran actores y actrices lista A, como Emma Stone, Olivia Colman, Ayo Edebiri, Lily Gladstone, Mark Ruffalo, Hannah Einbinder, Peter Sarsgaard, Aimee Lou Wood, Paapa Essiedu, Gael García Bernal, Riz Ahmed, Melissa Barrera, Cynthia Nixon, Tilda Swinton, Javier Bardem, Joe Alwyn y Josh O’Connor.
En los últimos días se sumaron Joaquin Phoenix, Andrew Garfield, Nicola Coughlan, Rooney Mara, Guy Pearce, Elliot Page y Jonathan Glazer, entre otros. El texto que firmaron se presenta como una respuesta a la “complicidad” de festivales, compañías y organismos que mantienen vínculos con el Estado de Israel.

El boicot cultural contra Israel del cine internacional
El documento, titulado Filmmaker Pledge, fue publicado el lunes por Film Workers for Palestine. Allí se aclara que la negativa de colaboración incluye festivales como Jerusalem Film Festival, Haifa International Film Festival, Docaviv y TLVfest, además de productoras, distribuidoras y cines con respaldo institucional israelí.
Los organizadores citan antecedentes en la historia reciente: en 1987, Jonathan Demme y Martin Scorsese, junto con más de un centenar de cineastas, fundaron Filmmakers United Against Apartheid, que instaba a la industria de Hollywood a no distribuir películas en Sudáfrica durante el régimen del apartheid. El nuevo llamado se inspira en esa tradición de boicots culturales como forma de presión política.
En su declaración, los firmantes argumentan que la Corte Internacional de Justicia reconoció la existencia de un “riesgo plausible de genocidio en Gaza”. A partir de ese fallo, sostienen que mantener lazos con instituciones israelíes equivale a justificar o blanquear una situación de opresión.
El impulso de este manifiesto se suma a una serie de pronunciamientos similares en otros campos culturales. En 2023, más de 7.000 escritores y trabajadores de la edición, entre ellos Sally Rooney y Viet Thanh Nguyen, firmaron una carta que instaba a no colaborar con editoriales israelíes consideradas “cómplices”.
En el terreno audiovisual, el boicot adquiere visibilidad en los festivales internacionales y en la distribución de películas. El Oscar 2025 al Mejor Documental No Other Land y la participación de figuras como Phoenix y Mara en la producción de The Voice of Hind Rajab, un drama palestino premiado en el Festival de Venecia, refuerza la presencia de este reclamo en circuitos de alto perfil.
Para los impulsores, la acción busca frenar el silencio de la industria frente a los ataques en Gaza. En sus palabras, se trata de un “deber moral” para quienes trabajan en el cine y entienden su capacidad de moldear percepciones.
 
				 
								


