Grandes directores adoptaron el sadismo y el masoquismo como estética y como lenguaje de la complejidad de los seres humanos. Estas son las películas más representativas de la perversidad del cine.
Del cine experimental al exploitation y el arthouse, las adaptaciones y biopics del marqués de Sade continúan el proyecto sadiano: demoler sistemáticamente los cimientos de la civilización occidental.
Un matrimonio de espías, un enemigo invisible y una semana para decidir entre el deber y el amor: Código Negro (Black Bag), el nuevo thriller de Steven Soderbergh.
Caos, ego y celuloide: El Estudio revela la tensión existencial entre la visión autoral y el algoritmo, mientras explora la resistencia del arte en tiempos corporativos.
En Parthénope, Paolo Sorrentino filma el alma sensual de Nápoles y la convierte en una mujer que trasciende su condición de objeto para encarnar las pasiones, contradicciones y secretos de la ciudad.
En Daaaaaalí!, el genio catalán es un rompecabezas imposible donde cinco actores persiguen una vanguardia convertida en su propia sombra.
En Memorias de un Caracol, el maestro de la animación stop-motion regresa con una fábula íntima que celebra la imperfección como forma de belleza y la herida como forma de conocimiento.
Con Presencia, Steven Soderbergh reinventa el terror doméstico con una cámara fantasma que revela la fragilidad de lo cotidiano.
De encender la libido pop en fantasías adolescentes a elegir la seriedad trastornada del cine indie, las películas de Robert Pattinson están marcadas por una relación histérica con el éxito y el mainstream. La rigidez nerviosa de sus primeros trabajos se transformó en nihilismo, vulnerabilidad, desesperación y locura, demostrando que había vida después de Crepúsculo. Crónica de un actor que se inventó a sí mismo.
Mickey 17 es una parodia política, una fábula distópica y un circo de ciencia ficción, en la que Robert Pattinson muere una y otra vez en el altar del capitalismo colonial.
Gene Hackman no fue una estrella: fue un trabajador que convirtió la autenticidad en arte. Deja una galería de personajes, hombres de carne y dudas que nos mostraron un Estado Unidos sin maquillaje.
La masacre de Múnich 1972 fue el primer acto terrorista televisado en directo. Con Septiembre 5, Tim Fehlbaum reconstruye el momento en que el mundo aprendió a consumir la tragedia en tiempo real.
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