Entre rituales militares, iluminación natural y egos heridos, la ópera prima de Scott, Los Duelistas, anticipa la crítica a la masculinidad y el rigor visual que volverían en toda su filmografía.
Welcome to Derry explica la caída y la primera forma de It, revela la identidad de Pennywise y suma elementos que completan el origen desarrollado por King y Muschietti.
Antes de ser mito, Sin Aliento fue caos: un director sin plan, una actriz con miedo y un productor que aceptó el riesgo. En Nouvelle Vague, Linklater vuelve al origen real de una película que cambió el cine para siempre.
En El Sobreviviente, Edgar Wright adapta la distopía de Stephen King y construye un mundo vigilado, desigual y entregado al espectáculo permanente.
La nueva serie de Netflix, El Último Samurái en Pie, se apoya en hechos reales para narrar la caída de una clase que vio colapsar su mundo en menos de una década.
Andy Muschietti aparece en el episodio 3 de It: Welcome to Derry como pianista de feria, en una escena que condensa su visión del miedo y su vínculo con el universo King.
En It: Welcome to Derry, la referencia a Shawshank revela cómo la serie amplía el universo de Stephen King uniendo las historias del encierro y la culpa.
Del incendio de la herrería Kitchener al tiroteo de Al Bradley, la secuencia de apertura de It: Welcome to Derry reconstruye la historia del pueblo y del universo de Stephen King.
De It a Castle Rock, Juniper Hill fue el escenario del delirio en el universo de King. El hospital que encerró a Henry Bowers y otros monstruos, vuelve en It: Welcome to Derry como parte del origen del terror.
Con Pluribus, Gilligan transforma la utopía en amenaza: en un mundo unido por la alegría, una mujer se aferra a su dolor como el último refugio de libertad.
El Frankenstein de Guillermo del Toro no busca ser fiel al texto de Shelley sino a su espíritu. El creador, la criatura y la mujer que los une ya no encarnan el terror gótico sino la tragedia de la culpa.
Con Frankenstein, Guillermo Del Toro vuelve al origen del mito para filmar el gesto más antiguo del arte: inventar belleza con los restos del dolor.