La temporada 2 de The Sandman recupera a varios personajes clave que habían sido introducidos en la primera entrega, pero pocos tienen un futuro tan decisivo como Daniel Hall, el hijo de Lyta Hall y Hector Hall. Aunque su presencia en pantalla es breve, su aparición marca el comienzo de uno de los arcos más trascendentales del universo creado por Neil Gaiman.
Daniel no es simplemente un niño nacido en El Ensueño: es un nexo entre lo humano y lo eterno, un símbolo de transformación y el heredero natural del Reino Onírico. Su historia está íntimamente ligada al destino de Morfeo y anticipa un giro fundamental en la mitología de los Eternos, donde la sucesión, el cambio y la compasión se entrelazan como fuerzas inevitables.

El origen de Daniel Hall en los cómics de The Sandman
Daniel Hall nace en circunstancias extraordinarias. Su madre, Lyta Hall, queda embarazada mientras está atrapada en una especie de subdominio del Ensueño creado por su esposo muerto, Hector Hall, quien ha sido manipulado por Brute y Glob, dos pesadillas rebeldes. Este extraño embarazo ocurre fuera del mundo físico, y por lo tanto, Daniel es concebido y nace dentro del Reino de los Sueños.
En el arco Estación de Nieblas (The Season of Mists) de los cómics de Gaiman, el hijo de Lyta Hall recibe su nombre: Morfeo lo llama Daniel. Ese nombre es una pista de su futuro, y lo vincula con el resto de los Eternos, cuyos nombres también comienzan con “D”: Destino (Destiny), Muerte (Death), Dream, Destrucción (Destruction), Deseo, Desesperación (Despair) y Delirio (Delirium).
Cuando Morfeo retoma el control de su dominio en el primer volumen de Casa de Muñecas (Doll’s House), disuelve ese sueño artificial y reclama a Daniel Hall como parte del Ensueño. Le dice a Lyta que regresará por su hijo, una declaración que queda suspendida como amenaza profética durante buena parte de la serie.
Este nacimiento no es solo una rareza onírica. Daniel Hall representa una nueva generación de seres híbridos: nacido de humanos, pero marcado por la esencia de los Eternos. Es un hijo de dos mundos, destinado a reemplazar al Rey de los Sueños.

La transformación de Daniel Hall en el nuevo Ensueño
En el cómic original, Daniel crece rápidamente bajo la protección de sus padres, pero también es vigilado por figuras del Ensueño. Su historia se entrelaza con Las Benévolas (volumen 9), donde se convierte en una pieza clave del conflicto que enfrenta a Dream con las Furias.
Lyta Hall, manipulada por las Furias, cree que Morfeo ha secuestrado y asesinado a su hijo, lo que la lanza a una cruzada de venganza. En realidad, Daniel ha sido ocultado por los sirvientes del Sueño para protegerlo. El conflicto escala hasta que Morfeo, en un acto de redención y cumplimiento del destino, se sacrifica para que Daniel ocupe su lugar.
Así, Daniel Hall se convierte en el nuevo Ensueño: no una simple reencarnación, sino una versión distinta. Es más compasivo, más humano, y también más libre de las cadenas de orgullo que limitaron a Morfeo. Su coronación marca el cierre de un ciclo y el inicio de otro.

El significado simbólico de Daniel en The Sandman
Daniel Hall encarna una paradoja fascinante: es al mismo tiempo continuidad y ruptura. Mantiene el rol de Ensueño, pero lo transforma. Su blancura fantasmal, su presencia etérea y su actitud empática contrastan con la imagen oscura y solemne de Morfeo.
Esta transición no es sólo un giro narrativo, sino una declaración temática: incluso los Eternos pueden cambiar. Y en ese cambio, el Ensueño se vuelve más accesible, más inclusivo, más humano. Daniel es la posibilidad de un Sueño que no se define por el castigo o el control, sino por la compasión y la renovación.
Este gesto tiene implicancias metatextuales: Gaiman propone que las historias, como los sueños, no deben quedar fijas, sino reinventarse constantemente. Daniel es, en ese sentido, una figura de futuro.

Daniel Hall en la serie The Sandman de Netflix
En The Sandman de Netflix, Daniel aparece como un bebé que es visitado brevemente por Morfeo (Tom Sturridge), quien le recuerda a Lyta Hall (Razane Jammal) que pertenece al Ensueño. En la segunda temporada, vuelve a figurar en una escena onírica que anticipa su importancia. Aunque todavía es muy pronto para ver su transformación, los cimientos están puestos.
Los fanáticos del cómic reconocen que esta presencia no es menor: la serie está preparando cuidadosamente su arco. En una historia tan profundamente centrada en la identidad y el cambio, Daniel Hall es el pivote que transforma la tragedia en legado, y el conflicto en posibilidad.
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