Luego de una larga espera y una producción ambiciosa, la temporada 2 de The Sandman regresó a Netflix con seis nuevos episodios que marcan el inicio de su desenlace definitivo. Con una historia basada en los aclamados cómics de Neil Gaiman para DC, y protagonizada nuevamente por Tom Sturridge como Dream, la serie apostó por una narrativa más introspectiva, un elenco estelar y una puesta visual destacada.
Sin embargo, a pesar de haber debutado con una calificación perfecta en los primeros días, la segunda entrega de The Sandman no logró captar la atención masiva que Netflix esperaba. Según cifras oficiales difundidas por Netflix Tudum, la serie quedó en segundo lugar durante su semana de estreno, con 5,3 millones de visualizaciones y 28,2 millones de horas reproducidas, mientras que The Waterfront –el nuevo drama familiar criminal producido por Kevin Williamson– se consolidó como el líder absoluto de las listas por tercera semana consecutiva.
The Sandman: Un regreso aclamado pero con audiencia moderada
The Sandman fue renovada por una segunda y última temporada luego del éxito crítico de su debut en 2022. Para este cierre, Netflix implementó un nuevo modelo de estreno en dos partes: los primeros seis episodios llegaron el 3 de julio, y la segunda parte se estrenará el 24 del mismo mes. Además, habrá un episodio adicional, titulado Muerte: El Alto Costo de la Vida, que saldrá el 31 de julio y adaptará el popular spin-off del cómic original.
La primera parte recibió una gran acogida inicial, incluyendo una calificación “Certified Fresh” en Rotten Tomatoes. No obstante, el entusiasmo inicial fue moderándose a medida que aparecieron más reseñas. Actualmente, la parte 1 cuenta con un 79% de aprobación crítica y un 78% por parte del público.
El interés generado por el regreso también impulsó a que la primera temporada volviera al Top 10 global, ubicándose en el noveno lugar con 1,7 millones de visualizaciones y 15,9 millones de horas vistas. Sin embargo, ese efecto espejo no fue suficiente para empujar a la nueva entrega hasta lo más alto del ranking.
En contraste, The Waterfront, una serie modesta que combina drama familiar, crimen y secretos sureños, continuó captando la atención de los suscriptores. Durante la semana del 30 de junio al 6 de julio, sumó 5,6 millones de visualizaciones y 36 millones de horas vistas, superando ampliamente a la serie fantástica de Gaiman.
La temporada 2 de The Sandman frente al fenómeno imparable de The Waterfront
La competencia directa entre ambas series deja en evidencia dos tendencias distintas dentro del catálogo de Netflix. Por un lado, The Sandman apela a un público más específico, lector de cómics, aficionado al género fantástico, y acostumbrado a una narrativa más simbólica y filosófica. Por el otro, The Waterfront adopta una estructura clásica del drama televisivo con tintes policiales y familiares, más cercano al éxito masivo de producciones como Yellowstone u Ozark.
El propio Tudum comparó la propuesta con la serie protagonizada por Kevin Costner, resaltando la presencia de una familia poderosa, un patriarca dominante y un entorno rural en tensión. De hecho, The Waterfront fue ideada por Kevin Williamson –creador de Scream y Dawson’s Creek– como un nuevo drama criminal con fuertes raíces emocionales, ambientado en Carolina del Norte.
Sus cifras lo avalan: en su semana de estreno (del 16 al 22 de junio) tuvo 8,3 millones de visualizaciones y 53,3 millones de horas vistas; en la segunda semana, esos números escalaron a 11,6 millones de visualizaciones y 74,3 millones de horas vistas. Ni The Sandman ni otras grandes apuestas del catálogo angloparlante lograron quitarle el liderazgo en su tercera semana.
Mientras tanto, la segunda parte de The Sandman todavía podría alterar la ecuación. Los próximos episodios prometen cerrar los arcos de Dream, Delirio, Orfeo y Lucifer, y posiblemente añadirán tensión narrativa suficiente para atraer a nuevos espectadores. Sin embargo, con un promedio de visualizaciones por debajo de lo esperado, la serie se enfrenta al desafío de mantener relevancia en un ecosistema donde el éxito ya no se mide solo en calidad, sino también en impacto inmediato
