Después de años de espera y controversia, The Sandman regresó con su temporada 2, y lo hizo con una ambición narrativa que iguala (y en ciertos aspectos supera) lo logrado en la primera. El episodio uno, titulado Estación de Nieblas (Season of Mists), se apoya en uno de los arcos más ricos y resonantes de la obra de Neil Gaiman: el que narra el viaje de Dream (Tom Sturridge) al infierno para enfrentar las consecuencias de sus actos pasados, en especial su castigo a Nada (Umulisa Gahiga), una reina humana con la que compartió una historia de amor y destrucción milenaria.
El comienzo del episodio 1 de la temporada 2 de The Sandman nos sitúa en el Reino de los Sueños, donde Morfeo reconstruye su castillo como símbolo de un nuevo comienzo. Pero esa paz inicial se interrumpe con una convocatoria: su hermano mayor, Destino (Adrian Lester), ha llamado a todos los Eternos (Endless) a una reunión familiar. Así se inicia el capítulo, y con él, una nueva etapa para la serie.
En estos primeros minutos, el episodio estreno no sólo introduce el conflicto central de la temporada, sino que reubica emocionalmente al espectador en un mundo de reglas cósmicas, vínculos familiares tensos y decisiones que trascienden lo humano. Como en los mejores momentos de la serie, lo íntimo y lo mítico se entrelazan con una precisión narrativa que convierte a cada diálogo en un espejo filosófico.

The Sandman 2: Los Eternos en el reino de Destino
Uno de los mayores aciertos del episodio 1 de la temporada 2 de The Sandman es el retrato coral de los Eternos. Destino, Muerte, Sueño, Deseo, Desesperación y Delirio se encuentran en el jardín del destino, convocados por una profecía revelada por las Tres Moiras. Solo Destruction está ausente, como siempre, fugado de su propia función cósmica.
La escena de la reunión familiar no sólo funciona como una puesta al día del lore, sino que ofrece una coreografía emocional entre hermanos que son también conceptos: la Muerte cuida, el Deseo manipula, la Desesperación observa en silencio. Pero es Deseo quien planta la semilla que guiará toda la temporada: le recuerda a Morfeo su crueldad con Nada, la mujer que amó y condenó al infierno hace milenios por rechazarlo.
Esa mención basta para romper el equilibrio del episodio y activar su núcleo dramático. El orgullo herido de Morfeo es enfrentado por la culpa latente. En lugar de quedarse a debatir con sus hermanos, Dream decide emprender un viaje al infierno para liberar a Nada. En ese gesto, no sólo desafía el orden de las cosas, sino que pone en marcha la antigua profecía: un rey abandonará su reino, y vida y muerte volverán a enfrentarse.

La historia de Dream y Nada: Amor, castigo y redención
La historia de Nada es uno de los relatos más conmovedores del cómic original, introducida brevemente en Casa de Muñecas (The Doll’s House) (#10) y desarrollada plenamente en Estación de Nieblas (volumen 4). Reina de una ciudad perdida de África, Nada se enamora de un ser que resulta ser Morfeo. Pero al descubrir su naturaleza divina, lo rechaza por temor a alterar el orden del mundo. Dream, incapaz de aceptar el rechazo, la condena al infierno.
El episodio 1 de la temporada 2 de The Sandman adapta esa historia con una sensibilidad notable. Nada no es una víctima pasiva, sino una figura de fuerza y lucidez moral. El relato de su caída se entrelaza con flashbacks oníricos y la mirada culpable de Dream, que finalmente asume su error. El viaje al infierno no es solo geográfico: es un descenso emocional hacia la autocrítica, una búsqueda de perdón en un universo donde incluso los dioses deben responder por sus acciones.
La actuación de Tom Sturridge logra transmitir ese tránsito entre la soberbia milenaria y el temblor íntimo. Cuando Dream se planta frente a Lucifer Morningstar (Gwendoline Christie), la tensión entre pasado y presente se condensa en cada palabra. Y el infierno, como siempre en The Sandman, es tanto un lugar como una metáfora: el reflejo ardiente de nuestras decisiones.

The Sandman 2: Lucifer y la amenaza del infierno
La aparición de Lucifer Morningstar marca otro gran momento del episodio 1 de la temporada 2 de The Sandman. Interpretada nuevamente por Gwendoline Christie, su presencia combina majestuosidad y resentimiento. Aunque la escena aún no reproduce el duelo central del arco (la cesión de las llaves del infierno), sí anticipa ese giro: Lucifer tiene un plan, y Dream es parte de él.
Este reencuentro remite al extraordinario episodio de la temporada anterior, A Hope in Hell, donde Dream y Lucifer protagonizan un duelo de ingenio poético. Aquí, ese conflicto se retoma con una tensión latente: el infierno no ha olvidado ni perdonado. Y mientras Dream busca salvar a Nada, Lucifer parece esperar su momento para golpear donde más duele.
Este juego de deudas pendientes, traiciones divinas y antiguas guerras se siente tanto mitológico como profundamente humano. La serie logra algo difícil: hacer que las disputas entre entidades cósmicas resuenen emocionalmente como conflictos familiares, amorosos, éticos.

Estación de Nieblas: Del cómic a la pantalla
El episodio 1 de la temporada 2 de The Sandman adapta con fidelidad y elegancia el comienzo del volumen Estación de Nieblas, publicado originalmente entre 1990 y 1991. Es uno de los arcos más aclamados de toda la serie de cómics, porque conjuga aventura, filosofía y emociones puras en un viaje que transforma al protagonista.
Neil Gaiman imaginó The Sandman como una obra sobre historias, sueños y las consecuencias del poder. En el cómic, esas ideas encuentran su punto de madurez: Morfeo ya no es sólo un dios caprichoso, sino una figura trágica que empieza a comprender la responsabilidad de sus actos. Liberar a Nada no es solo un acto romántico o reparador: es el primer paso hacia su propia caída.
La adaptación de Netflix respeta ese tono. Con un ritmo pausado, imágenes que rozan lo lírico, y un reparto que entiende el peso mitológico de cada gesto, el capítulo pone en marcha una temporada que promete ser tanto una epopeya como una confesión.
DISPONIBLE EN NETFLIX.
 
				 
															


