Desde su primera aparición en Gen V, Andre Anderson fue un personaje atravesado por la contradicción. Era el hijo de Polarity, uno de los superhéroes más respetados de su generación, y cargaba con la expectativa de continuar ese linaje. Pero al mismo tiempo se presentaba como un joven carismático, rebelde, capaz de acercarse a los demás con una humanidad que desmentía la fachada solemne del “destino heroico” que le imponía su apellido.
Su poder –la manipulación del magnetismo– lo hacía esencial en el grupo de estudiantes de la U God, pero no era eso lo que lo definía, sino su manera de sostener a los otros. Fue apoyo para Marie Moreau (Jaz Sinclair), cómplice de Jordan Li (Dereck Luh), el que creyó que Emma Meyer (Lizze Broadway) era más que un trastorno alimenticio. Andre tenía la rara capacidad de inspirar confianza en un entorno plagado de desconfianza y manipulación.
Gen V construyó a Andre Anderson como un puente: alguien capaz de conectar la herencia de los Supes veteranos con la energía de la nueva generación. En él convivían la ambición de su padre y la empatía de un chico que aún buscaba su lugar.

Entre el poder y la fragilidad: La condición neurológica de Andre
El magnetismo no era su única herencia. Como Polarity (Sean Patrick Thomas), Andre sufría una condición neurológica: “microdesgarros neuronales” que se agravaban cada vez que usaba sus poderes. Esa fragilidad lo acompañaba como una sombra. No solo limitaba lo que podía hacer, sino que también lo obligaba a enfrentar la paradoja de los héroes de The Boys: cuanto más cumplía con las expectativas de salvar, más cerca estaba de destruirse a sí mismo.
En una serie que expone los costos ocultos de la vida sobrehumana, la vulnerabilidad de Andre Anderson lo convirtió en un símbolo. Su poder tenía un precio, y él lo asumía, aun sabiendo que podía terminar como su padre: enfermo, dependiente, quebrado por dentro.

El experimento de Cipher en Elmira: Cómo murió Andre Anderson
La temporada 2 de Gen V abre con el golpe más duro: Andre Anderson ha muerto entre el final de la primera temporada y el inicio de la segunda. El relato reconstruye su último acto en Elmira, la prisión donde él y sus compañeros fueron recluidos tras la masacre de Godolkin.
La fuga de Marie demostró que era posible escapar de ese infierno. Andre encontró una vía al exterior. Pudo fugarse, pero decidió hacerlo con sus compañeros. Cuando lo intentaron, Vought ya había colocado un obstáculo: una puerta de acero imposible de abrir. Andre intentó moverla con su magnetismo. Sabía el riesgo. Que podía costarle la vida. Lo hizo de todos modos, manipulado mentalmente por Cipher (Hamish Linklater): otro experimento para que los alumnos llevaran sus poderes al límite. El esfuerzo extremo le provocó un derrame cerebral y murió en el intento.
Andre no se autoinmola priorizando a los demás antes que a sí mismo, sino que fue víctima de los experimentos de Vought. Lo que parecía un acto heroico fue en realidad obligación psíquica.

Gen V temporada 2: Marie, Jordan, Emma y Polarity ante la ausencia de Andre
La ausencia de Andre Anderson marca toda la temporada 2 de Gen V. Marie carga con la culpa de haber escapado antes que él. Jordan oscila entre la rabia y la necesidad de mantener vivo su recuerdo. Emma encuentra en el dolor un impulso para crecer más allá de la dependencia. Y Polarity, su padre, se enfrenta a la pérdida del hijo que debía continuar su legado.
Cada uno de ellos atraviesa un duelo distinto, y Gen V convierte esa pluralidad de reacciones en un mapa emocional sobre la pérdida. La muerte de Andre Anderson no se reduce a un evento: es un vacío que organiza los arcos de los otros, que los obliga a redefinir quiénes son sin él.
Vought, la manipulación y la verdad sobre la muerte de Andre
En sintonía con la tradición de The Boys, la muerte de Andre también se convierte en un asunto de propaganda. Vought intenta encubrir los hechos, maquillar la tragedia, administrar la narrativa pública.
La verdad recién se revela en el episodio 3, cuando Jordan rompe el silencio en un discurso y anuncia la muerte de Andre ante la multitud. Ese gesto marca un quiebre: la imposibilidad de seguir sosteniendo la mentira corporativa. La memoria del amigo se convierte, entonces, en un acto de resistencia contra la maquinaria de Vought.

Chance Perdomo, un legado más allá de Gen V
El trasfondo hace que todo cobre otra dimensión. Chance Perdomo murió en un accidente de moto en marzo de 2024, a los 27 años, antes de empezar a filmar la temporada 2 de Gen V. La producción tomó la decisión de no recastear a Andre: “nadie puede reemplazar a Chance”. En su lugar, la serie convirtió la ausencia del actor en el motor narrativo de la temporada.
Cada dedicatoria, cada recuerdo en pantalla, cada momento de silencio funciona como homenaje. En un universo acostumbrado a la sátira brutal, Gen V se permite instantes de sinceridad, de duelo compartido. La muerte de Andre refleja el dolor de sus compañeros en pantalla prolonga el de sus colegas en la vida real.
Andre Anderson se despidió en Elmira, abriendo una puerta que nunca llegó a cruzar. Chance Perdomo dejó una huella que no se borra: la de un actor que, en poco tiempo, supo darle humanidad a un mundo diseñado para la crueldad.
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