Amanda Knox: Una Historia Retorcida | El caso real detrás de la serie de Disney+

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La serie Amanda Knox: Una Historia Retorcida revive el caso Kercher, la condena y absolución de Knox y el rol de los medios en la construcción del relato.

La serie Amanda Knox: Una Historia Retorcida, estrenada en Disney+, recupera uno de los procesos judiciales más controvertidos de las últimas décadas. La serie vuelve a situar en el centro de la conversación pública a Amanda Knox, la joven estadounidense que en 2007 fue acusada de asesinar a su compañera de cuarto en Perugia, Italia

La historia se presenta como un drama de ocho episodios que combina reconstrucción ficcional, material de archivo y un guion pensado para recorrer dieciocho años de controversias legales y mediáticas. La presencia de Knox entre los productores ejecutivos, junto con Monica Lewinsky, le otorga un matiz particular: Amanda Knox: Una Historia Retorcida no solo dramatiza hechos conocidos, sino que también busca intervenir en la forma en que la protagonista sigue siendo percibida en la cultura global.

A diferencia del documental de Netflix estrenado en 2016, que privilegiaba el testimonio directo y las entrevistas, Amanda Knox: Una Historia Retorcida adopta la estructura de un drama televisivo convencional. El resultado propone revisar un caso que fue, desde su inicio, inseparable de los medios de comunicación y de los estereotipos que moldearon la figura de Knox ante la opinión pública.

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Grace Van Patten en Amanda Knox: Una Historia Retorcida de Disney+

Amanda Knox: Una Historia Retorcida y su mirada sobre el caso

La serie, creada por K.J. Steinberg (This Is Us), combina los códigos del melodrama judicial con los recursos propios del true crime televisivo. Grace Van Patten interpreta a Amanda Knox, acompañada por Giuseppe De Domenico en el rol de Raffaele Sollecito, Francesco Acquaroli como el fiscal Giuliano Mignini, Rhianne Barreto como Meredith Kercher y Sharon Horgan como su madre Edda Mellas. La narrativa sigue un orden cronológico: desde la llegada de Amanda a Italia como estudiante de intercambio hasta el reencuentro con los protagonistas de la causa años después de su absolución.

Uno de los aspectos más comentados es la recreación del llamado “beso de Perugia”, el video que circuló en 2007 mostrando a Knox y Sollecito besándose frente a la casa donde se había encontrado el cuerpo de Meredith. Ese gesto, leído por los fiscales y amplificado por la prensa sensacionalista, se convirtió en el punto de partida de la imagen pública de Knox como una joven frívola y sin remordimientos. Amanda Knox: Una Historia Retorcida reproduce la escena, pero opta por un registro ambiguo: la mirada de Van Patten transmite más desconcierto que frialdad, aunque sin terminar de ofrecer una interpretación definitiva.

Los ocho episodios avanzan sobre las etapas conocidas del caso: el hallazgo del cuerpo de Meredith Kercher en noviembre de 2007, los interrogatorios a Knox y Sollecito, la inculpación de Patrick Lumumba, la irrupción de Rudy Guede como tercer acusado, las condenas y absoluciones sucesivas, y la sentencia final de 2015 que exoneró a la pareja. El guion dedica tiempo a los mecanismos de la justicia italiana, distintos de los estadounidenses, y a las dificultades de Knox frente a un idioma que apenas dominaba. El resultado enfatiza la vulnerabilidad de una joven extranjera atrapada en un sistema legal y mediático que la convirtió en protagonista involuntaria de un espectáculo global.

Amanda Knox: Una Historia Retorcida se diferencia de otras dramatizaciones al incorporar los episodios posteriores a la absolución. La serie muestra a Knox ya en libertad, enfrentando entrevistas televisivas, buscando redefinir su vida personal y construyendo un espacio en el activismo contra las condenas erróneas. Ese enfoque evita un cierre triunfal y propone, en cambio, una continuidad: las secuelas del caso no terminaron con el fallo judicial, sino que persisten en la forma en que la sociedad sigue observando a Knox.

Amanda Knox y la construcción mediática del personaje

El caso Kercher fue, desde su inicio, materia de tabloides y noticieros que explotaron la figura de Amanda Knox como personaje de ficción. La prensa británica y estadounidense se concentró en su vida íntima, en su relación reciente con Raffaele Sollecito, en su manera de comportarse en público. El apodo “Foxy Knoxy”, tomado de un viejo sobrenombre juvenil vinculado al fútbol, se transformó en la etiqueta que reducía su identidad a la de una femme fatale con rasgos de perversión.

Esa construcción mediática fue central en la acusación. La fiscalía utilizó comportamientos banales –como los besos frente a las cámaras o la posesión de un vibrador en su departamento– para reforzar un relato de promiscuidad y frialdad emocional. Los medios, ávidos de titulares, repitieron esas imágenes hasta que formaron parte inseparable del caso judicial. Amanda Knox: Una Historia Retorcida reproduce esa lógica, aunque con un giro: muestra cómo los investigadores y periodistas leyeron gestos triviales como pruebas de culpabilidad, al mismo tiempo que subraya lo precario de esas interpretaciones.

El contraste con Meredith Kercher, la víctima, también fue objeto de narrativas estereotipadas. Mientras Kercher era presentada como la estudiante británica ejemplar, Knox era caracterizada como la extranjera excéntrica. Ese desequilibrio no solo influyó en la percepción pública sino que también pesó en el tribunal, en un proceso en el que los jurados no estaban aislados de la cobertura mediática.

La serie intenta corregir esa representación al mostrar una Knox más cercana a la de sus memorias: ingenua, desorientada, pero no la caricatura de frialdad que circularon los tabloides. Sin embargo, al limitarse a contradecir lo que no fue, el relato corre el riesgo de no avanzar mucho más allá de la defensa. Lo que queda expuesto es el modo en que la prensa construye narrativas simples sobre casos complejos, y cómo esas narrativas pueden llegar a pesar tanto como las pruebas en un proceso judicial.

Amanda Knox: Una Historia Retorcida | Entre la ficción y el caso judicial

Más allá de las decisiones narrativas de Amanda Knox: Una Historia Retorcida, el caso real sigue siendo el núcleo de la serie. En noviembre de 2007, Meredith Kercher fue hallada muerta en el departamento que compartía con Knox y otras dos jóvenes. La investigación inicial se concentró en Amanda y en su novio Raffaele Sollecito, con base en pruebas circunstanciales: huellas parciales, un cuchillo hallado en la cocina de Sollecito, testimonios cambiantes.

El proceso judicial atravesó múltiples instancias. En 2009, Knox y Sollecito fueron condenados a 26 y 25 años de prisión respectivamente. En un juicio paralelo, Rudy Guede, cuyo ADN estaba presente en la escena, fue sentenciado a 30 años, reducidos luego a 16. En 2011, un tribunal de apelación absolvió a Knox y Sollecito por falta de pruebas concluyentes. En 2013, la Corte de Casación anuló esa absolución y ordenó un nuevo juicio, que en 2014 volvió a condenarlos. Finalmente, en 2015, la misma corte emitió la sentencia definitiva de absolución, señalando la ausencia total de rastros biológicos que vincularan a Knox y Sollecito con el crimen.

El recorrido judicial mostró, una y otra vez, la fragilidad de la acusación y los problemas de la investigación inicial. Las pericias señalaban contaminación en la recolección de pruebas, y la presión mediática afectaba tanto a los fiscales como a la opinión pública. El fallo final no solo liberó a Knox y Sollecito de toda acusación, sino que también cuestionó la actuación de la fiscalía y la policía.

Amanda Knox: Una Historia Retorcida dramatiza ese recorrido con fidelidad a los hechos básicos, pero inevitablemente introduce un componente de ficción. Los diálogos, las recreaciones de escenas privadas y las caracterizaciones de los protagonistas se construyen a partir de conjeturas y recursos dramáticos. Ese cruce entre documento y ficción refleja el lugar que ocupa hoy la historia de Amanda Knox: un caso real que se ha transformado en objeto cultural, capaz de alimentar documentales, series y debates sobre la justicia, los medios y la identidad en la era global.

DISPONIBLE EN DISNEY+.

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