Alien: Earth se posiciona como un capítulo que reordena el canon y explora un espacio narrativo apenas insinuado en las películas de la saga: la Tierra, dos años antes de los sucesos de Alien (Ridel Scott, 1979). La serie, creada por Noah Hawley, no solo introduce un escenario inédito; también enlaza con eventos, corporaciones y tecnologías ya establecidas, de forma que amplía la cronología sin alterar la lógica interna del universo.
El núcleo de esta conexión es la convivencia de dos elementos: el poder corporativo que define a la saga y la llegada del primer Xenomorfo a nuestro planeta. Alien: Earth muestra cómo esa criatura, hasta entonces desconocida para la humanidad, se convierte de inmediato en el centro de un conflicto global, y cómo el pathos capitalista es tan destructivo como la propia amenaza alienígena.

Alien: Earth | Weyland-Yutani y el poder corporativo
Weyland-Yutani ha sido, desde la primera película, la representación del capitalismo sin restricciones en la franquicia. En Alien: Earth, su presencia es central: controla toda América, Marte y Saturno, y está liderada por Yutani, heredera de un linaje femenino que combina tradición y pragmatismo militar. Sus objetivos no han cambiado: capturar y estudiar al Xenomorfo para convertirlo en un activo biotecnológico.
La novedad es que ahora compite directamente con Prodigy, una corporación joven y agresiva que encarna lo que en Aliens (James Cameron, 1986) era apenas un subtexto: la carrera entre empresas rivales por apropiarse de tecnología alienígena. Si en las películas de la saga Alien la amenaza se reducía a la tripulación de una nave o una colonia aislada, aquí se extiende a un tablero global, con recursos militares y científicos desplegados a gran escala.
Este choque remite, de forma ampliada, al interés que Weyland-Yutani ya mostraba en Aliens y Alien 3 (David Fincher, 1992), cuando enviaba equipos a recuperar especímenes en entornos hostiles. La diferencia es que Alien: Earth lo traslada a un entorno político sin gobiernos, donde las corporaciones son soberanas y las reglas internacionales han dejado de existir.

El detonante de la serie –la caída de la nave USCSS Maginot en Prodigy City– enlaza con la línea narrativa de Prometheus (2012) y Alien: Covenant (2017). Aunque Alien: Earth no reproduce los experimentos de los Ingenieros ni menciona directamente a modelos sintéticos como David (Michael Fassbender), sí mantiene la idea de que la biología del Xenomorfo es resultado de una manipulación previa y que su potencial trasciende lo militar.
La carga del Maginot, que incluye un espécimen vivo, recuerda a las misiones encubiertas de Weyland-Yutani en las películas, donde el transporte de material alienígena siempre se mantenía fuera de los registros oficiales. Al igual que en Covenant, la nave se convierte en el vector inicial de contagio y conflicto, pero aquí el escenario es urbano y poblado, lo que multiplica las implicaciones y los riesgos.

Personajes como puentes narrativos
Aunque Alien: Earth introduce un reparto nuevo, su construcción sigue patrones ya vistos en la saga. Boy Kavalier, líder de Prodigy, es un heredero conceptual de figuras como Carter Burke en Aliens: carismático, calculador y dispuesto a arriesgar vidas para asegurar el control de la criatura.
Yutani, por su parte, refuerza la presencia femenina de liderazgo que en la franquicia ha tenido expresiones muy distintas: desde la autoridad moral y combativa de Ellen Ripley (Sigourney Weaver) hasta la fría estrategia corporativa de Meredith Vickers en Prometheus. En Alien: Earth, el liderazgo femenino no es excepción ni cuota: es tradición estructural, algo que se hereda junto con el poder.

Xenomorfos, tecnología y bioingeniería
La serie mantiene elementos tecnológicos clásicos de la saga: sintéticos con apariencia humana, sistemas de criosueño, transporte interplanetario y terraformación. Pero añade un área que las películas apenas habían sugerido: los híbridos.
En las entregas cinematográficas, la mezcla de ADN humano y alienígena solo había aparecido en Alien: Resurrection (Jean Pierre Jeunet, 1997) –con un enfoque limitado a la clonación– y en Romulus (Fede Álvarez, 2024), en la que una mujer da a luz a una criatura denominada La Descendencia (The Offspring). Alien: Earth expande esa idea con los Niños Perdidos de Prodigy: cuerpos sintéticos que albergan conciencias humanas transferidas. La llegada de un Xenomorfo abre la posibilidad de integrar su biología a estos experimentos, ampliando el concepto de “arma perfecta” que perseguía Weyland-Yutani.

Alien: Earth y la línea de tiempo de la saga
Hawley evita contradicciones directas con la cronología establecida. La acción de Alien: Earth se sitúa en 2120 en la línea de tiempo de la saga, dos años antes de Alien, y no interfiere con la misión de la Nostromo. El Xenomorfo que aparece en la serie es el primero en la Tierra, lo que preserva la narrativa de que, hasta Alien, su existencia era desconocida para la mayoría.
La serie también clarifica un punto que las películas habían dejado en penumbra: el alcance real del poder corporativo. Si bien Weyland-Yutani siempre fue la fuerza dominante, Alien: Earth muestra un mundo multipolar, donde otras compañías pueden competir y, potencialmente, superar a la histórica líder.

Alien: Earth conecta directamente con la película original
El desenlace de la serie podría conectar de forma directa con el inicio de Alien. Una posible línea es que Weyland-Yutani, tras los eventos en la Tierra, intensifique su búsqueda de organismos alienígenas en el espacio profundo, lo que llevaría a la misión encubierta de la Nostromo en LV-426.
Otra es que Prodigy o alguna de las corporaciones menores –Lynch, Dynamic o Threshold– logren conservar información o material biológico que reaparezca en películas posteriores. Esto abriría la puerta a reinterpretar motivaciones y estrategias vistas en Aliens o Alien: Covenant, no como decisiones improvisadas, sino como parte de un plan más largo iniciado aquí.
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