Star Wars Visions 3: La galaxia vista desde la animación japonesa

critica star wars visions 3
Star Wars Visions 3 regresa con nueve cortos que expanden la saga desde la animación, entre tradición japonesa, experimentación visual y libertad narrativa.

La temporada 3 de Star Wars Visions confirma que la libertad creativa puede ser el mejor legado de una saga. La serie de antología, que convoca a estudios de animación de todo el mundo para reinterpretar el universo de Lucas, vuelve a demostrar que no hay historia pequeña cuando se abandona el peso del canon. En Star Wars Visions 3, esa independencia se traduce en un conjunto de cortos que combinan técnica y experimentación visual con una madurez que no busca complacer a nadie más que a su propio impulso artístico.

En un panorama saturado por spin-offs y secuelas, Star Wars Visions 3 funciona como un recordatorio de lo que el cine –y la animación– pueden hacer cuando no tienen que justificar su existencia dentro de una cronología. El proyecto, producido por Lucasfilm y distribuido por Disney+, propone algo infrecuente en una franquicia multimillonaria: un espacio de autoría, en el que cada estudio invitado interpreta la galaxia desde su propia tradición estética y narrativa.

Star Wars Visions 3 retoma el diálogo con el Japón feudal, con la animación europea y con el anime más vanguardista, pero también con el mito fundacional de la saga: la lucha interior entre la luz y la sombra. Lo que antes era una parábola sobre el destino de los Skywalker, ahora se vuelve una reflexión sobre la mirada del autor. La serie es, ante todo, un ejercicio de apropiación, una relectura cultural del universo que marcó al cine popular de los últimos 50 años.

Star Wars Visions 3 y sus secuelas: The Duel, The Ninth Jedi y The Lost Ones

El inicio de Star Wars Visions 3 marca el tono. The Duel: Payback, dirigida por Takanobu Mizuno, retoma al ronin del primer volumen y lo enfrenta a un Jedi corrompido por la venganza. El blanco y negro, las texturas granulosas y los acentos de color recuerdan tanto a Kurosawa como al primer Lucas, pero lo que sorprende es la convicción con que la animación japonesa vuelve a apropiarse de la mitología galáctica. En una industria donde el realismo digital suele borrar la huella del trazo, el episodio se sostiene sobre su materialidad: cada golpe de sable parece grabado sobre la superficie de la imagen.

The Ninth Jedi: Child of Hope también retoma una historia anterior y la lleva más lejos. Kara, la aprendiz que busca reconstruir la Orden Jedi, se convierte en símbolo de una nueva forma de heroísmo: más introspectiva, más imperfecta. La animación de Production I.G combina secuencias 3D con trazos tradicionales, y anticipa la futura serie derivada The Ninth Jedi, programada para 2026.

En el mismo registro, The Lost Ones de Kinema Citrus reencuentra a la Jedi F en un relato que combina ciencia ficción, memoria y exilio. La trama sigue a un grupo que busca salvar a una aldea congelada por un gas tóxico, metáfora de una guerra que deja su marca en los cuerpos y en la materia. La sensibilidad del estudio –el mismo de Made in Abyss– dota al episodio de una serenidad visual poco habitual en la saga.

Más allá de los vínculos con entregas previas, Star Wars Visions 3 funciona como una suma de formas. Cada episodio parece responder a la pregunta de qué puede ser Star Wars cuando nadie dicta sus límites. Esa libertad formal se percibe no como ruptura sino como continuidad: la animación vuelve a ocupar el lugar experimental que tuvo en los primeros bocetos de Lucas y en los storyboards de Ralph McQuarrie.

star wars visions 3
The Bird of Paradise, Star Wars Visions 3

Star Wars Visions 3: La forma como narrativa

En Star Wars Visions 3 la forma es el mensaje. Cada corto se convierte en un experimento con el lenguaje visual. Black, de Shinya Ohira, es el ejemplo más radical: un viaje psicodélico por la mente de un stormtrooper, animado con trazos irregulares y una banda sonora de jazz que parece improvisar el movimiento. Es una reflexión sobre el trauma y la obediencia, pero también sobre la posibilidad de romper el molde visual de la saga. Donde las películas buscan claridad, Black abraza la confusión.

The Song of Four Wings, producida por Project Studio Q, traduce una historia de rescate en una coreografía de color y ritmo. La princesa rebelde que protagoniza el corto encarna un gesto recurrente en la serie: la resistencia no como consigna política, sino como impulso creativo. El uso del sonido –mezcla de percusión electrónica y melodías sintéticas– refuerza la idea de que la forma es inseparable de la emoción.

En The Smuggler, de TRIGGER, la acción se desplaza hacia un terreno más político. Una contrabandista debe escapar del Imperio con un heredero exiliado. El corto, construido con precisión narrativa, evoca la tensión de Andor pero en clave visual: los fondos expresionistas y las fugas de luz funcionan como marcas de una galaxia al borde del colapso.

Lo que distingue a esta tercera temporada no es solo la variedad de estilos –del trazo artesanal al CGI– sino la conciencia de que cada técnica genera una mirada. Star Wars Visions 3 se sostiene sobre esa pluralidad: un mosaico de géneros y sensibilidades que entiende la animación como territorio de pensamiento.

Star Wars Visions 3: Herencia japonesa en la galaxia de Lucas

El atractivo de Visions no está en lo que amplía la mitología de la saga, sino en lo que la cuestiona. Los mejores episodios no temen dejar atrás los elementos reconocibles –los Jedi, el Imperio, los sables de luz– para detenerse en lo humano. Yuko’s Treasure, por ejemplo, introduce a un niño huérfano y a su compañero robótico en forma de oso, un relato sobre la lealtad y la supervivencia que remite al espíritu de Totoro más que al de Star Wars. Su fuerza radica en lo cotidiano, en la ternura que sobrevive a la violencia.

The Bounty Hunters, producida por WIT Studio, retoma el tono moral del western y lo combina con el dilema de la inteligencia artificial. La cazarrecompensas Sevn y su droide de doble personalidad se enfrentan a una misión que las obliga a definir qué significa ser libre. Sin discursos ni grandes batallas, el corto plantea una pregunta esencial sobre la relación entre creador y creación, una de las constantes filosóficas del universo de Lucas.

Incluso los episodios menos logrados, como The Bird of Paradise, aportan una mirada sobre el conflicto interior del héroe. La historia de una Jedi ciega que redescubre la Fuerza a través de la introspección tiene un tono más contemplativo que narrativo, pero su apuesta visual –una exploración de la percepción y la oscuridad– la vuelve significativa dentro del conjunto.

Esa es la paradoja de Star Wars Visions 3: cuanto más se aleja del canon, más cerca está de la esencia de Star Wars. En lugar de prolongar la mitología, la reinterpreta. En lugar de responder al fanatismo de la continuidad, propone un retorno al origen: contar historias que aún puedan sorprender.

En tiempos en que el entretenimiento masivo confunde repetición con fidelidad, Visions recuerda que ninguna saga se sostiene solo con nostalgia. La fuerza que mantiene vivo a este universo no está en sus personajes ni en sus líneas de tiempo, sino en la capacidad de seguir mirando hacia lo desconocido.

DISPONIBLE EN DISNEY+.

Tráiler:

NOTAS RELACIONADAS