Tim Robinson transforma el colapso cotidiano en comedia: La Silla es una serie sobre el ruido digital, la fragilidad mental y el deseo de encontrar sentido en un mundo saturado de explicaciones.
Serie de acción, drama psicológico y conspiración política. En Alaska: La Última Frontera, Jason Clarke interpreta a un sheriff que intenta mantener el orden en una tierra donde nada permanece.
La serie Reclutas de Netflix adapta The Pink Marine y transforman la historia real de Greg Cope White en un retrato sobre la identidad, el poder y la domesticación del cuerpo.
Simon Stone convierte un crucero de lujo en un experimento sobre la mirada. La Mujer del Camarote 10 explora el límite entre la sospecha y la razón.
The Bear se aleja del vértigo que la convirtió en fenómeno para explorar la posibilidad de que sus personajes cambien. No por trauma, sino por voluntad. No por catarsis, sino por desgaste.
En Steve, Cillian Murphy es un hombre que intenta sostener un mundo que se desmorona. Un drama sobre la fragilidad de la compasión, el dolor adolescente y los límites del idealismo.
En A Través del Fuego, Paul Greengrass filma el incendio de Paradise como si el cine pudiera capturar la realidad en combustión: un relato sobre el caos, la culpa y la supervivencia.
Entre prótesis de látex, humor absurdo y fútbol universitario, Chad Powers narra la reinvención imposible de un jugador que lo perdió todo.
En La Casa Guinness, Steven Knight convierte la Irlanda del siglo XIX en un escenario de traiciones y violencia política, y donde la dinastía cervecera se enfrenta a sí misma en un país en guerra.
En Sovereing, Christian Swegal reconstruye la historia real de Jerry Kane para narrar algo más que una deriva personal: el colapso de un país que confundió paranoia con libertad.
Con Del Cielo al Infierno, Spike Lee convierte el clásico de Akira Kurosawa en un thriller urbano sobre el capitalismo, la raza y la brecha generacional.
Entre el thriller y horror psicológico, la serie Incontrolables de Netflix muestra cómo un sistema terapéutico para adolescentes puede transformarse en mecanismo de represión emocional y social.