La actriz generada por inteligencia artificial Tilly Norwood apareció este año en el mercado audiovisual y rápidamente atrajo el interés de agencias de representación. El proyecto fue presentado en el Zurich Summit, en el marco del Festival de Cine de Zúrich, por la productora y comediante Eline Van der Velden, fundadora del estudio Particle6 y de la nueva compañía Xicoia, especializada en crear figuras digitales para cine, televisión, redes sociales y publicidad.
En pocos meses, Tilly Norwood pasó de ser un experimento a convertirse en un nombre que circula en las conversaciones de ejecutivos y representantes. Según Van der Velden, varias agencias competirán por firmar su contrato en el corto plazo. El anuncio marca un giro en una industria que hasta hace poco rechazaba la idea de actores digitales como alternativa real.
La primera aparición pública de Tilly Norwood fue un sketch cómico titulado AI Commissioner, producido por Particle6, donde se explora de forma satírica la irrupción de la inteligencia artificial en el desarrollo televisivo. Aunque ficticia, la actriz interactúa como cualquier debutante: comparte mensajes en redes, celebra su primer trabajo y se proyecta hacia próximos proyectos. Para Van der Velden, el objetivo no es menor: construir una estrella de la magnitud de Scarlett Johansson o Natalie Portman, pero sin las limitaciones de presupuesto o agenda que condicionan a los intérpretes humanos.

Tilly Norwood y el nuevo escenario de la representación artística
El lanzamiento de Tilly Norwood coincidió con un momento de tensión en Hollywood. En 2023, las huelgas de guionistas y actores incluyeron entre sus reclamos la regulación del uso de la inteligencia artificial. La llegada de una actriz virtual respaldada por agencias de representación aviva esas discusiones.
En palabras de Van der Velden, el interés de los estudios por este tipo de proyectos se aceleró en cuestión de meses: en febrero predominaba el escepticismo, y en mayo ya había ejecutivos buscando asociarse con Xicoia. El atractivo es evidente: costos más bajos, control total sobre la imagen y la posibilidad de mantener activa a una figura en múltiples formatos de manera simultánea.
Las agencias, acostumbradas a mediar entre talento humano y productoras, ahora se enfrentan a un nuevo tipo de cliente. ¿Qué significa representar a una entidad digital? ¿Qué derechos existen sobre su explotación comercial? ¿Quién responde por sus decisiones en caso de conflicto? La figura de Norwood, con una biografía fabricada y emociones simuladas, empuja a la industria a definir reglas que aún no existen.
El modelo propuesto por Xicoia se basa en una combinación de supervisión humana y autonomía algorítmica. Los actores digitales cuentan con voces propias, arcos narrativos diseñados y la capacidad de reaccionar en tiempo real a tendencias en plataformas como TikTok o YouTube. No son simples animaciones, sino entidades narrativas diseñadas para mantener interacción constante con la audiencia.
Tilly Norwood: Las reacciones de la comunidad artística
El anuncio no fue recibido con entusiasmo por todos. Varias actrices y actores expresaron su rechazo abierto. Melissa Barrera calificó la noticia como una falta de respeto hacia los intérpretes reales y llamó a boicotear a las agencias que trabajen con Norwood. Kiersey Clemons reclamó transparencia sobre los nombres de los representantes interesados. Nicholas Alexander Chavez recordó que Norwood “no es una actriz en realidad”. Y Jenna Leigh Green mencionó al sindicato SAG-AFTRA, sugiriendo que la organización debería pronunciarse.
La crítica más incisiva llegó de Mara Wilson, quien preguntó por las mujeres reales cuyos rasgos fueron utilizados para generar el rostro de Norwood: “¿Por qué no contratar a alguna de ellas?”. La observación apunta a un tema central: la propiedad de las imágenes y los derechos de las personas cuyas características físicas se usan como insumo para entrenar sistemas de inteligencia artificial.
Algunos actores reaccionaron con humor, inventando anécdotas ficticias sobre supuestos desplantes de Tilly Norwood en rodajes. Pero la ironía esconde una preocupación real: la posibilidad de que la ficción digital erosione el campo laboral de miles de intérpretes. La sátira funciona como un mecanismo de defensa ante un cambio que ya no es hipotético.
Xicoia y la economía de los actores sintéticos
La creación de Tilly Norwood no es un hecho aislado. Xicoia surge como spin-off de Particle6, estudio con experiencia en proyectos para BBC, Hearst Networks y Sky. El plan de Van der Velden es posicionar a estos talentos digitales en múltiples plataformas: largometrajes, series, videojuegos, campañas publicitarias e incluso experiencias interactivas con fans.
El argumento económico es contundente. Las producciones enfrentan recortes y presiones presupuestarias. En ese contexto, un intérprete digital elimina problemas de agenda, negociaciones salariales y limitaciones físicas. Además, puede adaptarse a distintos mercados sin las restricciones de la presencia humana. Para los productores, la ecuación resulta atractiva.
Sin embargo, esta lógica plantea interrogantes éticos y creativos. Si los estudios apuestan por intérpretes sintéticos, ¿qué espacio queda para la diversidad de experiencias humanas que alimentan al arte dramático? ¿Puede un algoritmo reproducir la profundidad emocional de una actuación? Para Van der Velden, lo relevante es la historia, no la condición biológica del intérprete. Según su visión, el público se conecta con los relatos, sin importar si la figura en pantalla tiene “pulso” o no.
La industria todavía no tiene respuestas claras. Mientras algunos imaginan un futuro dominado por actores digitales, otros advierten sobre los riesgos de deshumanizar la representación artística. La aparición de Tilly Norwood no resuelve esas tensiones, pero las pone en primer plano. Su existencia obliga a pensar de manera práctica lo que antes parecía especulación: la convivencia de intérpretes humanos y digitales en un mismo ecosistema cultural.
Mirá el sketch AI Commissioner a continuación:
 
				 
								


