The Smashing Machine llega con un doble atractivo: la primera película en solitario de Benny Safdie como director y un giro drástico en la carrera de Dwayne Johnson. El actor, asociado durante décadas con éxitos de taquilla y personajes indestructibles, interpreta aquí al luchador de artes marciales mixtas Mark Kerr en el auge de su carrera en la UFC, marcada por las luchas privadas con las adicciones y una relación llena de tensión y dependencia emocional con Dawn Staples, interpretada por Emily Blunt.
Las primeras críticas de The Smashing Machine, estrenada en el Festival de Venecia 2025 antes de su debut internacional a través de A24, revelan un consenso inesperado: Dwayne Johnson entrega la interpretación más vulnerable de su carrera.

La soberbia actuación de Dwayne Johnson en The Smashing Machine
La recepción inicial de la crítica coincide en que The Smashing Machine es un vehículo para redescubrir a Johnson. Deadline destacó el modo en que el actor se diluye tras las prótesis diseñadas por Kazu Hiro, hasta el punto de que las secuencias ambientadas en Brasil en 1997 parecen auténticas imágenes de archivo. Para Variety, el intérprete alcanza una dimensión nueva: “no se trata de un héroe ni de un antihéroe, sino de un hombre que por fin se deja ver debajo de la máquina”.
Medios como The Independent e Indiewire subrayan la vulnerabilidad del personaje y la manera en que Johnson logra sostener la tensión entre el peleador imbatible dentro del octágono y el hombre frágil fuera de él. La comparación con The Wrestler de Darren Aronofsky apareció de inmediato en The Hollywood Reporter, aunque con matices: el filme de Safdie evita el vértice existencial para acercarse a un registro más sobrio y realista.

Las primeras reacciones a The Smashing Machine
The Smashing Machine –que se estrena en Argentina y México el 8 de octubre– parte del documental homónimo de 2002 dirigido por John Hyams, pero se aleja de la cronología exhaustiva para condensar episodios y trabajar sobre la textura emocional de los personajes. Little White Lies señaló que la película “renuncia a los tópicos de los biopics deportivos centrados en el sacrificio como destino” y busca en cambio otra perspectiva: mostrar las fisuras de la vida personal y la fragilidad detrás de la resistencia física.
La puesta en escena acompaña esa mirada. La fotografía de Maceo Bishop enfatiza el desgaste físico de los combates y la cercanía de la cámara en espacios íntimos, mientras que la música experimental de Nala Sinephro propone un contraste con la crudeza visual. The Smashing Machine no se apoya en el clímax deportivo: los combates funcionan como fondo para un relato que observa la adicción a los analgésicos, la tensión en la relación con Dawn y la erosión de un hombre que parecía invencible.
No todas las crítica fueron favorables. Vulture apuntó que la película se apoya demasiado en Johnson y que los conflictos de Blunt como Dawn quedan apenas esbozados. Otros críticos señalaron que el guion carece de desarrollo en algunos pasajes y que el riesgo de fragmentación está presente. Sin embargo, incluso para las opiniones más críticas, Dwayne Johnson fue la sorpresa del Festival.

Ben Safdie en solitario y el lugar de The Smashing Machine en su obra
El debut en solitario de Benny Safdie llega después de la ruptura creativa con su hermano Josh. La comparación con sus trabajos previos –Uncut Gems, Good Time– es inevitable. Aquí el director opta por un registro menos frenético, con el tono documental de The Curse y un énfasis en la fragilidad antes que en la adrenalina.
Este cambio de rumbo dialoga con el propio desplazamiento de Johnson: del espectáculo de la acción industrial al retrato íntimo de un hombre en crisis. The Smashing Machine propone una paradoja interesante: el mismo actor que construyó su carrera desde la invulnerabilidad, interpreta a un luchador cuya mayor batalla ocurre fuera del ring.
El resultado es un biopic que no se acomoda a los moldes del género deportivo ni al star system de Hollywood. The Smashing Machine se sostiene en la tensión entre la grandeza física y la fragilidad emocional, en una narración que evita las resoluciones fáciles y que invita a pensar a Dwayne Johnson en un lugar inesperado: el de un actor dispuesto a reinventarse.
Mirá el tráiler a continuación:
 
				 
								


