El estreno de Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos llegó rodeado de expectativas. Marvel Studios buscaba iniciar su Fase 6 y, al mismo tiempo, revitalizar una franquicia que, pese a su relevancia en el universo de los superhéroes, nunca logró alcanzar el estatus icónico de otros pesos pesados de su catálogo cinematográfico como Iron Man, Spider-Man o Black Panther.
Esta película representaba mucho más que un estreno. Era el resultado de una de las operaciones corporativas más importantes en la historia de Disney. Durante décadas, los derechos cinematográficos de Los 4 Fantásticos y los X-Men permanecieron en manos de 20th Century Fox, lo que impedía a Kevin Feige y su equipo integrarlos al Universo Cinematográfico de Marvel. Esto obligó a Marvel Studios a construir su imperio cinematográfico sin dos de sus propiedades más valiosas.
La situación comenzó a cambiar en 2017, cuando Disney inició negociaciones para adquirir 21st Century Fox en una compra valuada en más de 71.000 millones de dólares. Tras una batalla con Comcast y una compleja aprobación regulatoria internacional, la operación se cerró en marzo de 2019. Ese día, Marvel Studios recuperó oficialmente a Los 4 Fantásticos, los X-Men y personajes asociados como Deadpool, Galactus y Silver Surfer.
En el caso de Los 4 Fantásticos, su historial en cine había sido problemático. Tres adaptaciones previas –dos en 2005 y 2007 dirigidas por Tim Story, y un reboot en 2015 dirigido por Josh Trank– |fracasaron en consolidar al equipo como éxito de taquilla y crítica. Con la compra de Fox, Marvel Studios tenía finalmente la oportunidad de darles un tratamiento acorde a su importancia en el cómic e integrarlos plenamente en la narrativa global del MCU. Primeros Pasos estaba llamada a ser la piedra fundacional de esta nueva etapa.

Taquilla de Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos | Estreno, caída y presupuesto
Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos debutó con 117,6 millones de dólares en Estados Unidos durante su primer fin de semana, más 100 millones en mercados internacionales, para un estreno global de 218 millones. Aunque la cifra superó las expectativas conservadoras de algunos analistas, quedó por debajo de las proyecciones más ambiciosas que estimaban cerca de 240 millones a nivel global.
La segunda semana fue un golpe duro. La taquilla doméstica cayó un 66 por ciento, con apenas 40 millones en Estados Unidos, y descensos pronunciados en plazas clave como Reino Unido (64 por ciento menos) y México (62 por ciento menos). Hoy la película acumula 372 millones de dólares a nivel mundial, con una división casi equitativa entre el mercado estadounidense y el internacional.
El problema es que su presupuesto estimado de 200 millones, sumado a unos 100 millones en marketing y distribución, eleva el punto de equilibrio a un rango entre 500 y 600 millones. Con la tendencia actual, alcanzar esa meta parece cada vez menos probable. Para Marvel, no se trata solo de un golpe financiero, sino de una señal de alerta sobre su capacidad para mantener el interés sostenido del público.

Por qué fracasan las películas de Marvel
El tropiezo de Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos no puede explicarse solo con números, sino también con un cambio profundo en el perfil del público que asiste a las películas de Marvel. La mayor parte de los espectadores fueron hombres menores de 35 años, un segmento fiel pero insuficiente para sostener un blockbuster global. Los grandes éxitos requieren amplitud de audiencia, con familias, mujeres y mayores de 35 años incluidos en la ecuación.
Este recorte demográfico es el reflejo de un problema mayor. El MCU, antes pensado para cautivar tanto al fanático como al espectador casual, se ha vuelto un producto que exige un alto grado de compromiso previo. Las tramas están saturadas de referencias internas y subtramas acumuladas que complican la entrada a quienes no siguen cada película y serie de la franquicia.
A ello se suma la fatiga de marca, alimentada por un calendario que apenas deja tiempo para generar expectativa real. La sensación de evento cinematográfico se ha diluido, reemplazada por estrenos que parecen seguir una fórmula conocida y segura, pero carente de riesgo creativo. El género de superhéroes ya no tiene el monopolio del espectáculo masivo y compite, en inferioridad de novedad, con sagas como Avatar, Dune o producciones televisivas premium que ofrecen experiencias visuales y narrativas igual de ambiciosas.
Durante más de una década, Marvel construyó un modelo de éxito basado en la expansión de un universo compartido y en el lanzamiento de blockbusters interconectados. Aquella estrategia, que en su momento resultó revolucionaria, hoy muestra signos de desgaste.
El espectador casual, que antes podía disfrutar una película sin necesidad de seguir toda la saga, ahora se enfrenta a narrativas que exigen conocimiento previo de múltiples series y filmes. Esto levanta una barrera de entrada y reduce la capacidad de atraer a nuevos públicos. Con una sobreabundancia de contenido, la magia del evento cinematográfico se diluye y, con ella, la posibilidad de generar fenómenos culturales del tamaño de Avengers: Endgame.

Spider-Man: Brand New Day y Avengers: Doomsday | El futuro del MCU
En este escenario incierto, Spider-Man sigue siendo el gran sostén de la marca. Aunque sus películas son producidas principalmente por Sony, su integración parcial en el MCU ha dado frutos excepcionales. Spider-Man: No Way Home no solo superó la barrera de los mil millones, sino que alcanzó los 1.921 millones de dólares en plena pandemia. Junto con Deadpool & Wolverine, que recientemente recaudó 1.338 millones, son las únicas dos películas del entorno Marvel post-Endgame que han logrado cruzar ese umbral, destacándose como los únicos éxitos taquilleros de esa etapa.
Marvel y Sony ya preparan Spider-Man: Brand New Day para 2026 con la esperanza de repetir el fenómeno. En paralelo, Avengers: Doomsday busca recuperar el espíritu de los grandes eventos de equipo, con un elenco masivo y el regreso de figuras clave. Sin embargo, el éxito no está asegurado. Ambos proyectos deberán demostrar que pueden reconectar emocionalmente con el público y ofrecer algo más que nostalgia.
El fracaso de Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos no es un accidente aislado, sino un síntoma de que la maquinaria Marvel necesita ajustes profundos. La fórmula que dominó la taquilla durante más de diez años ya no tiene la misma fuerza. El desafío ahora es doble. Por un lado, recuperar la confianza del público. Por otro, redefinir la experiencia cinematográfica que ofrece.
Spider-Man prueba que todavía hay espacio para grandes éxitos, pero el sello Marvel ya no es garantía automática de taquilla millonaria. El futuro dependerá de su capacidad para innovar, simplificar sus narrativas y volver a convertir cada estreno en un verdadero acontecimiento cultural.
 
				 
								


