Kenneth Colley, icónico oficial imperial en Star Wars, murió a los 87

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El actor británico Kenneth Colley, conocido mundialmente por interpretar al almirante Piett en la trilogía original de Star Wars, falleció a los 87 años. Su legado como actor de carácter y su inesperada popularidad en el universo galáctico lo convirtieron en una figura querida por generaciones de fans.

Kenneth Colley murió a los 87 años tras complicaciones derivadas de una caída. Su representante, Julian Owen, confirmó que el actor había sido hospitalizado por una fractura en el brazo y que, durante su recuperación, contrajo COVID-19, lo que derivó en una neumonía fatal. Colley falleció en paz, rodeado de amigos. Su carrera abarcó seis décadas en el teatro, cine y televisión británicos, con roles que atravesaron desde Shakespeare hasta el cine satírico y el universo de George Lucas.

Nacido en Manchester en 1937, Kenneth Colley tuvo una carrera destacada como actor de reparto, pero logró un raro privilegio dentro del canon de Star Wars: su personaje, el almirante Firmus Piett, no solo sobrevivió a la ira de Darth Vader en El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980), sino que regresó en El Retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), algo inusual entre los oficiales del Imperio. Su actuación, contenida y realista, convirtió a Piett en un favorito de culto. No era un villano caricaturesco, sino un subordinado lúcido atrapado en una estructura jerárquica opresiva.

Además de su papel en la saga galáctica, Colley interpretó al mismísimo Jesucristo en La Vida de Brian de los Monty Python (Terry Jones, 1979) y protagonizó numerosas producciones teatrales. En sus últimos años, fue un invitado frecuente en convenciones de fans, donde mantuvo un vínculo afectuoso con el público que lo descubrió a bordo del Destructor Estelar de Darth Vader.

Kenneth Colley en Star Wars: Del reparto secundario al culto galáctico

El personaje de Firmus Piett de Kenneth Colley aparece por primera vez como capitán en El Imperio Contraataca y asciende a almirante luego de la ejecución de su predecesor, el almirante Ozzel. En ese instante, Vader le concede el mando con una gélida frase: “Ahora usted es el almirante, Piett.” La escena es icónica, y también ejemplar: en un entorno dominado por la brutalidad, Piett se mantiene sobrio, alerta y sorprendentemente competente. Su temple –una mezcla de cautela y obediencia estratégica– generó una empatía inesperada entre los espectadores.

George Lucas no había planeado su regreso para la tercera entrega, pero una oleada de cartas de fans convenció al creador de incluir nuevamente al personaje. Así, Colley se convirtió en el único oficial imperial en aparecer en dos películas consecutivas y sobrevivir lo suficiente para presenciar la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte. Su muerte a bordo del Executor –cuando la nave se estrella contra la estación espacial– le otorga un cierre dramático y coherente a su arco.

La relevancia de Piett no radica en su poder, sino en su humanidad. A diferencia de otros villanos del Imperio, Kenneth Colley no interpretó al personaje como un déspota, sino como un burócrata atrapado entre la lealtad institucional y el temor constante a ser estrangulado por la Fuerza. Esa elección actoral añadió una capa de realismo a un universo repleto de arquetipos. Fue, quizás, el primer personaje del Imperio que parecía realmente humano.

Más allá del Imperio: Kenneth Colley en teatro, sátira y televisión británica

Aunque para el gran público su nombre quedó asociado a Star Wars, la carrera de Kenneth Colley fue mucho más amplia y rica. En el cine británico, trabajó bajo las órdenes de directores tan singulares como Ken Russell en The Devils (1971) y Lisztomania (1975), interpretando personajes intensos y grotescos que exigían gran presencia actoral. Colley supo moverse entre el registro dramático, el histórico y la sátira con una versatilidad poco común.

En televisión, se convirtió en un rostro habitual de las adaptaciones de Shakespeare producidas por la BBC, como Desmond Davis en Measure for Measure (1979), donde dio vida al duque de Viena con una mezcla de autoridad y ambigüedad moral. También participó en la miniserie Guerra y Recuerdo (Dan Curtis, 1988), una ambiciosa miniserie sobre la Segunda Guerra Mundial que le dio visibilidad en el mercado estadounidense.

En 2007, Colley se animó a dirigir su propio proyecto con Greetings, una película independiente de terror psicológico. Su carrera teatral, igual de prolífica, tuvo un punto culminante en 2014, cuando interpretó a Estragón en Esperando a Godot de Samuel Beckett, en una producción del Cockpit Theatre de Londres. A sus casi 80 años, su presencia en escena seguía siendo magnética, precisa y profundamente humana.

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