La adaptación cinematográfica de Hamnet, dirigida por Chloé Zhao, llega como una exploración personal y colectiva de la vida íntima de William Shakespeare y su familia. La película, protagonizada por Jessie Buckley y Paul Mescal, se basa en la novela de Maggie O’Farrell que recrea la historia del hijo del dramaturgo y su influencia en la escritura de Hamlet. Con la participación de productores como Steven Spielberg y Sam Mendes, Zhao construye un film que combina libertad creativa, atmósfera sensorial y una lectura contemporánea de un relato situado en el siglo XVII.
La directora, conocida por su estilo abierto y por su capacidad de integrar paisajes y experiencias reales en su cine, encuentra en Hamnet un espacio para unir estilo con narración histórica. En su primera aproximación al período isabelino, Zhao se apoya en el pulso literario de O’Farrell y en la complicidad con Buckley y Mescal, quienes aportan un pulso emocional sostenido a lo largo de la película.
El proyecto, desarrollado tras el éxito de la novela publicada en 2020, se propone mostrar cómo la muerte del hijo del escritor pudo haber dado origen a una de las tragedias más influyentes de la literatura. Desde su concepción, Hamnet fue pensado como una obra donde el duelo y la creación artística se entrelazan.

Hamnet y la muerte del hijo de Shakespeare
La novela de Maggie O’Farrell situaba a Agnes, esposa de Shakespeare, en el centro de la narración. Zhao mantiene esa mirada, aunque introduce matices: organiza los hechos de manera más lineal y concede un mayor espacio a William, sin desplazar a Agnes del eje principal. La relación entre ambos se convierte en el motor de la historia, marcada por el nacimiento, la enfermedad y la muerte de Hamnet a los 11 años, por la forma en que cada uno procesa esa pérdida.
Jessie Buckley (Men, La Hija Perdida) interpreta a Agnes desde la conexión con la naturaleza y con lo invisible, atributos que en la época alimentaron su reputación de mujer vinculada a lo sobrenatural. Su actuación encuentra momentos de máxima intensidad en las secuencias de la muerte del hijo y en la reconstrucción de su identidad posterior. Paul Mescal (Aftersun, Todos Somos Extraños) encarna a un Shakespeare aún en formación, un hombre dividido entre la obligación familiar y la vocación artística, que convierte la tragedia personal en materia literaria.
Hamnet avanza entre la vida doméstica en Stratford y el escenario londinense donde Shakespeare escribe y representa. Zhao articula esta doble línea para mostrar cómo la distancia emocional y geográfica entre Agnes y William se transforma en un proceso creativo. El duelo privado adquiere dimensión pública en el teatro, en un tránsito que reproduce el modo en que el arte reelabora lo insoportable.

Hamnet y la mirada de Chloé Zhao
El cine de Zhao se caracteriza por una puesta en escena flexible, donde el rodaje se convierte en un descubrimiento. En Hamnet esa dinámica se mantiene: la directora trabaja con actores y entorno en un proceso abierto, con lugar para el azar y la improvisación. El rodaje en una réplica del Globe de Londres, con cientos de extras y un diseño visual cuidado, refuerza el contraste entre la intimidad de la historia y la magnitud del teatro isabelino.
La colaboración con el director de fotografía Łukasz Żal ofrece imágenes que oscilan entre lo realista y lo evocador, mientras que la música de Max Richter aporta un soporte emocional constante. Zhao encuentra en Hamnet una oportunidad para continuar con temas presentes en su filmografía: la relación entre las personas y el entorno, la búsqueda de identidad y la manera en que el dolor puede transformarse en relato.
La experiencia previa de la directora en Eternals también influyó en su aproximación. Aunque aquella película recibió críticas divididas, Zhao señala que le permitió ensayar un tipo de construcción visual que aplicó ahora a un proyecto de escala distinta. La limitación de recursos en Hamnet intensificó el valor de cada escenario y cada gesto, dando a la puesta en escena un carácter concentrado.
Hamnet: Un cuento isabelino contemporáneo
Más que una biografía, Hamnet es una reflexión sobre la sublimación del dolor a través del arte. Zhao define su película como un “cuento de hadas para adultos”: una historia que se sumerge en la oscuridad sin perder la capacidad de mostrar belleza. La presencia de Agnes como centro emocional y la forma en que el relato asocia naturaleza, familia y muerte sostienen ese tono particular.
La película evita una reconstrucción puramente histórica. Prefiere trabajar con elementos que evocan un tiempo pasado, sin insistir en la exactitud documental. Ese enfoque refuerza la dimensión poética de la obra y abre un espacio donde la memoria, la ficción y la experiencia personal de los actores se combinan.
El resultado es una narración que vincula la intimidad de una familia con la creación de una de las tragedias más influyentes del teatro. Zhao, Buckley y Mescal convierten Hamnet en un espejo sobre la manera en que las pérdidas privadas se transforman en formas compartidas de memoria.
Tras su paso por festivales, Hamnet se estrena en cines selectos de Estados Unidos el 27 de noviembre antes de su debut nacional el 12 de diciembre. Aún no tiene fecha confirmada en Argentina.
Mirá el tráiler a continuación:
 
				 
								


