La llegada de Five Nights at Freddy’s 2 reacomodó un fin de semana históricamente apático y convirtió a una secuela de terror en el motor que necesitaban las salas. La película tuvo un estreno en taquilla de 63 millones de dólares en Estados Unidos y 46 millones en el mercado internacional, para un total global de 109 millones, por encima de cualquier estimación previa. La cifra, que ubica al film en la cima de la lista, también confirma la vigencia del fenómeno que surgió del videojuego de Scott Cawthon y que en 2023 sorprendió con una entrada simultánea en cines y streaming.
El rendimiento inicial de Five Nights at Freddy’s 2 se vuelve más nítido cuando se lo compara con los meses previos, marcados por títulos que no lograron convertirse en eventos. En este contexto, la secuela, dirigida nuevamente por Emma Tammi, encontró un público fiel y dispuesto a volver al pizzería de Freddy Fazbear a pesar de las críticas negativas masivas.
Five Nights at Freddy’s 2 no solo recupera a los protagonistas del primer film –Josh Hutcherson, Matthew Lillard, Elizabeth Lail, Piper Rubio– sino que opera como un termómetro de un mercado que necesita señales firmes. Y las obtuvo: proyección doméstica sólida, impulso global y un lugar claro en la tendencia más consistente de esta década para los estudios, las adaptaciones de videojuegos.
Five Nights at Freddy’s 2 y un estreno que reordena la taquilla de fin de año
Five Nights at Freddy’s 2 se aseguró el primer puesto del ranking con un número que supera cualquier lanzamiento pos–Acción de Gracias desde que existen registros comparables. En un fin de semana donde suele notarse un desgaste natural del público, la película funcionó como excepción. El contraste con su predecesora es inevitable: los 80 millones que obtuvo en 2023 representan un techo difícil de igualar, pero esa comparación omite un dato central. El estreno anterior coincidió con una estrategia híbrida diseñada por Universal para alimentar su plataforma Peacock. Para Five Nights at Freddy’s 2, el estudio optó por un recorrido tradicional en salas.
El comportamiento también muestra algo más amplio: cuando una franquicia encuentra un núcleo duro de seguidores, la variación entre una entrega y otra no necesariamente define su potencia comercial. La crítica volvió a ser exigente –13% en Rotten Tomatoes frente a 33% del primero–, pero la audiencia sostuvo un interés que no siempre tiene correlato con la valoración especializada. En las encuestas de salida, el film obtuvo un puntaje aceptable para el género y confirmó que su público objetivo estaba donde debía estar.
El impacto se extendió a los mercados internacionales, donde reunió 46 millones adicionales en 76 territorios. México, Reino Unido, Australia, Brasil, España, Alemania, Italia y Francia fueron los más relevantes en los primeros días. Ese recorrido llevó el total global a 109 millones, cifra que despeja cualquier duda sobre su aporte a un estudio que venía de una racha desigual.
Para Blumhouse-Atomic Monster –un sello acostumbrado a resultados contundentes– la secuela representó un punto de apoyo. M3GAN 2.0, Wolf Man y Drop fueron decepciones que erosionaron una temporada. La recuperación comenzó con Teléfono Negro 2 y ahora se afianza con Freddy, que vuelve a demostrar que las producciones de bajo o medio presupuesto pueden sostener al mercado cuando el resto del calendario muestra irregularidades.
Five Nights at Freddy’s 2: Producción, presupuesto y el modelo que sostiene a la franquicia
La continuidad entre la primera y la segunda entrega no se limita a los protagonistas. Emma Tammi regresa a la dirección y mantiene un enfoque que prioriza el universo construido sobre el videojuego original. El eje vuelve a ser la figura del guardia nocturno enfrentado a animatrónicos que operan como antagonistas físicos y simbólicos. El film retoma ese planteo con ajustes mínimos, apoyado en una estética reconocible y en un tono que no busca reinventarse.
La producción trabajó con un presupuesto moderado –36 millones de dólares– una cifra que, dentro del género, permite un equilibrio entre ambición visual y control de costos. La inversión volvió a demostrar que no es necesario escalar el tamaño de una secuela para sostener su impacto. Con el videojuego como respaldo y una base de fans consolidada, la película tenía asegurado un nivel de interés inicial; el resto dependía de su capacidad para mantener el atractivo y generar conversación.
El fenómeno de las adaptaciones de videojuegos atraviesa un momento particular. Títulos como A Minecraft Movie y The Super Mario Bros. Movie confirmaron que el sector ya no se limita a un nicho. El atractivo se amplió a públicos jóvenes que reconocen el material base y encuentran en estas versiones cinematográficas un espacio de continuidad. En ese contexto, Five Nights at Freddy’s 2 se vuelve un caso representativo: mantiene la esencia sin reproducirla de forma literal y convierte a sus antagonistas mecánicos en una marca inconfundible.
El film se inscribe en una tendencia reciente: la combinación de terror con elementos de cultura digital y nostalgia. No busca reivindicar una estética clásica del género ni girar hacia un estilo que privilegie el realismo extremo. Su apuesta es funcional: construir tensión desde el espacio cerrado, administrar la aparición de los animatrónicos como recurso narrativo y sostener un clima uniforme. La respuesta del público indica que esa fórmula sigue siendo efectiva.
Five Nights at Freddy’s 2: El impacto en la industria y lo que muestra sobre el presente del mercado
El estreno de Five Nights at Freddy’s 2 se produce en un año irregular para las salas. La expectativa de una recuperación plena después de la pandemia no se cumplió del modo esperado. La industria proyectaba cifras cercanas a los mejores años previos, pero las ventas totales avanzan apenas un 1% respecto de 2024. La preocupación se hizo más evidente entre los exhibidores, especialmente después del anuncio de que Netflix comprará Warner Bros. por 82.700 millones de dólares. La posibilidad de que un gigante del streaming absorba a un estudio histórico abre preguntas que todavía no tienen respuesta.
En ese entorno, los éxitos consistentes funcionan como puntos de referencia. Zootopia 2 sostiene una marcha cercana al récord. Wicked: For Good avanza con fuerza y acumula cifras altas pese a su caída en la tercera semana. Pero Five Nights at Freddy’s 2 completa un cuadro donde las secuelas, lejos de agotarse, encuentran un público dispuesto a acompañarlas. El dato revela una dependencia del mercado hacia títulos conocidos, algo que puede leerse como síntoma de prudencia del público y de cautela de los estudios.
También exhibe un cambio de hábito: la audiencia más joven se moviliza por historias que ya circulan en plataformas digitales y redes, lo que reduce el riesgo de estrenos que parten desde cero. La franquicia de Cawthon encaja en esa lógica. Su historia pasó del videojuego al fanart, al contenido generado por usuarios y luego al cine. El recorrido crea una familiaridad que facilita cada lanzamiento.
En paralelo, el conflicto entre éxito comercial y recepción crítica vuelve a aparecer. La valoración baja no impidió que la secuela se instalara como una de las aperturas más fuertes de diciembre. El ejemplo recuerda que el comportamiento del público no sigue siempre los criterios de la crítica ni se ordena según valoraciones externas. En el caso de Five Nights at Freddy’s 2, ese desajuste se convierte en parte del fenómeno: una película que funciona como evento de taquilla aun cuando no reproduce las expectativas tradicionales del género ni busca un consenso estético.
