plano americano

Crítica Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado (2025): El arte de sobrevivir

critica se lo que hicieron el verano pasado 2025
Entre la culpa heredada y la necesidad de reescribir el trauma, Sé Lo Que Hicieron el Verano Pasado 2025 es menos una secuela que una autopsia generacional del slasher.

En Southport, los secretos no se entierran: se reciclan. Veintiocho años después de que Julie James y sus amigos descubrieran que el pasado nunca desaparece del todo, Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado (2025) es una secuela que funciona simultáneamente como remake, homenaje y parodia a un género que nunca fue sobre sutilezas, sino sobre el placer culposo de ver morir a gente hermosa.

Jennifer Kaytin Robinson, que ya había demostrado en Do Revenge su capacidad para el pastiche generacional, aquí se permite un lujo mayor: una conversación entre generaciones, donde el slasher clásico resuena en frecuencias que la Generación Z puede sintonizar sin perder del todo la esencia de lo que hizo memorable la película original.

se lo que hicieron el verano pasado 2025
Madelyn Cline como Danica en Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025

Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025: La lógica de la repetición

En los 90’s, el slasher funcionaba no porque fuera sofisticado, sino porque era simple en su brutalidad y en su moralidad elemental: hiciste algo malo, ahora debes morir. Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025 ofrece una lectura sobre lo que permanece y lo que se transforma. El esquema narrativo –un grupo de amigos, el error compartido, la amenaza con impermeable– sigue siendo el mismo, pero lo que ha cambiado es el modo de pensar la culpa.

En la película de 1997, la transgresión era directa: un atropello, un cadáver, una mala decisión. En esta nueva versión, la tragedia se desplaza hacia la ambigüedad: Ava (Chase Sui Wonders) y su grupo simplemente están en el lugar equivocado cuando un conductor se desvía para evitarlos y se precipita al vacío. No hay un delito claro, pero sí una omisión que termina pesando como un cadáver. Es un gesto que permite otra clase de mirada: qué entendemos hoy por responsabilidad, y qué tan lejos estamos dispuestos a llegar para no asumirla.

Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025 avanza sobre ese terreno inestable, entre el suspenso clásico del killer y los dilemas más contemporáneos sobre el privilegio, la exposición y la memoria colectiva. Y aunque no siempre profundiza en esos desvíos, su ambición está ahí: en el intento por hacer dialogar el código del género con otras preguntas. ¿Cuánto se puede ocultar antes de que todo vuelva? ¿Qué versión del pasado es la que nos persigue?

Cuando Ava vuelve a Southport para la despedida de soltera de su mejor amiga Danica (Madelyn Cline), nada parece haber cambiado desde el verano anterior. Excepto por un detalle: alguien ha comenzado a enviar cartas con la misma frase que transformó una película en franquicia: Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado. La amenaza funciona menos como detonante del miedo que como recordatorio de una estructura. La fórmula original, pero con protagonistas los suficientemente grandes para que hayan superado la torpeza hormonal de la adolescencia, sin perder del todo su capacidad de cometer estupideces peligrosas.

Esa lógica de repetición está en la puesta en escena, en el montaje, en los diálogos. Todo parece estar hecho para rendir tributo a la película original. Incluso las vidas post horror de Julie James (Jennifer Love Hewitt) y Ray (Freddie Prinze Jr.) funcionan como parte del relato. Los personajes están ahí para dar contexto, pero sobre todo para entregar la frase: “El trauma cambia el cerebro”. Son los únicos que entienden que el pasado no se supera: se convive con él.

se lo que hicieron el verano pasado 2025 critica
El Pescador en Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025

Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado (2025): Cada generación tiene el asesino que se merece

El siglo XXI exige protagonistas más complejos, y Chase Sui Wonders evita la trampa de la imitación para construir una final girl que funciona según las reglas del terror moderno: más inteligente, más proactiva, más consciente de que ser víctima no es un estado permanente sino una condición que puede revertirse con las decisiones correctas.

La figura del pescador, con su impermeable brillante y su garfio afilado, todavía tiene efecto. No porque asuste, sino porque representa algo que se rehúsa a desaparecer: la idea de que todo lo que se oculta termina regresando. El asesino no mata por venganza: aquí la muerte es memoria en tiempo futuro.

Ahí está, quizás, el mérito de Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025: entender que el miedo no viene de la violencia, sino del recuerdo. Que lo que persigue a los personajes no es un hombre con un gancho, sino una noche en la que no hicieron lo que debían hacer. En ese sentido, la película no es tanto una relectura del original como un intento de preguntarse qué significa hoy la responsabilidad. Qué tipo de secreto puede romper una amistad, qué pacto vale más que la verdad, qué se perdona y qué no.

La película funciona mejor cuando explora cómo el miedo reordena las lealtades que cuando intenta asustar con fórmulas mecánicas. Los mejores momentos llegan cuando los personajes deben elegir entre la amistad y la supervivencia, entre el secreto compartido y la confesión liberadora. Cuando el horror se construye sobre la paranoia interpersonal más que sobre la violencia física.

Cada generación reformula los clásicos según sus propias neurosis, sus propios miedos, sus propias culpas. En definitiva, Sé Lo Que Hicieron el Verano Pasado 2025 es una película sobre el arte de la supervivencia: no solo física sino cultural. En un momento donde el horror elevado amenaza con intelectualizar hasta la última gota de sangre, Robinson reivindica el placer básico del género. Sus personajes aprenden que la vida, como el slasher, no se trata de evitar el dolor sino de encontrar formas estilizadas de atravesarlo.

Sé Lo Que Hicieron El Verano Pasado 2025 no es una revolución. Tampoco es un chiste malo. En tiempos donde todo debe ser deconstructivo, Robinson practica la reconstrucción: toma los pedazos rotos del slasher de los 90’s y los reensambla en algo que se siente retro y contemporáneo. El resultado es menos un ejercicio de nostalgia que una demostración de que algunos géneros, como algunos killers, nunca mueren. Solo esperan el momento adecuado para volver a atacar.

Tráiler de la película:

NOTAS RELACIONADAS