Netflix cerró la historia de El Juego del Calamar con su tercera temporada. El éxito global de la serie surcoreana llega a su fin con un desenlace que mezcla tragedia, redención y una nueva pista sobre la posible expansión internacional de los juegos. El capítulo final, titulado Los Humanos Son…, no solo cierra la trama de Gi-hun (Lee Jung-jae), sino que también deja abierta la puerta a futuras producciones dentro del mismo universo.
El desenlace confirma que los juegos no se limitaban a Corea del Sur. Una breve pero significativa escena en Los Ángeles, con el cameo de Cate Blanchett como reclutadora, sugiere que la organización detrás de El Juego del Calamar opera a escala global. Esto refuerza los rumores sobre un spin-off en inglés que Netflix estaría desarrollando junto a David Fincher.
Mientras tanto, el centro del episodio final de El Juego del Calamar 3 es la resolución de los destinos de los personajes principales. Gi-hun toma una decisión definitiva que lo convierte, simbólicamente, en el verdadero ganador del juego, aunque no sobreviva para contarlo. Paralelamente, Jun-ho (Wi Ha-joon) fracasa en su intento de exponer la organización, el Front Man (Lee Byung-hun) muestra un cambio inesperado y otros personajes encuentran su propio cierre.
Gi-hun muere para salvar a la bebé y darle sentido a su historia
El episodio final retoma el juego conocido como Sky Squid Game, donde quedan tres participantes: Gi-hun, Myung-gi y la hija recién nacida de Jun-hee, que se convierte en jugadora debido a las reglas extremas del juego. Para avanzar, uno debe empujar a otro fuera de la plataforma en cada ronda.
Myung-gi, que había ayudado a Gi-hun en rondas anteriores para proteger a su hija, traiciona su promesa y planea dejar morir tanto a Gi-hun como a la bebé para quedarse con el premio. Luego de un enfrentamiento físico, Myung-gi muere accidentalmente al romperse la tela con la que Gi-hun lo sostenía. Sin embargo, al no haber activado el botón que inicia la ronda, su muerte no cuenta para finalizar el juego.
Frente a la imposibilidad de resolver el dilema sin convertirse en asesino, Gi-hun decide sacrificarse. Antes de lanzarse al vacío, mira hacia la sala de los VIP y del Front Man y dice: “No somos caballos. Somos humanos. Los humanos son…”, sin alcanzar a terminar la frase. Así, la bebé queda como la única sobreviviente y ganadora oficial del juego.
El acto de Gi-hun cierra su arco de redención. Ingresó al juego no por el dinero, sino para intentar desmantelarlo desde dentro y evitar que otros murieran. Su muerte es el rechazo definitivo a la lógica de los juegos: una declaración ética frente a un sistema construido sobre la explotación y la violencia.
Jun-ho falla en su misión y el Front Man redefine las reglas
Mientras se desarrolla el último juego, Jun-ho lidera un operativo de la Guardia Costera para capturar a su hermano, In-ho (el Front Man), y revelar la existencia de los juegos. Sin embargo, In-ho activa un protocolo de evacuación y detonación de la isla, eliminando toda evidencia física del lugar.
A pesar de tener la posibilidad de huir, In-ho toma una decisión inesperada: rescata a la bebé del juego, se lleva su premio y abandona la isla antes de la explosión. Su acción parece influenciada por el sacrificio de Gi-hun y por la memoria de su propia esposa, que murió intentando salvar a su hijo por nacer.
En la confrontación final entre los hermanos, Jun-ho le exige explicaciones. In-ho no responde y escapa. La policía no logra presentar pruebas concluyentes y, seis meses después, Jun-ho deja la fuerza. Al regresar a su casa, encuentra a la bebé junto a una tarjeta bancaria con 45.6 mil millones de wones: el premio del juego. In-ho se la ha dejado bajo su cuidado.
El final en Los Ángeles confirma la expansión de los juegos
La secuencia final de El Juego del Calamar 3 traslada la historia a Los Ángeles. In-ho viaja para entregar las pertenencias de Gi-hun a su hija, Ga-yeong. Al informarle que su padre ha muerto, le deja su uniforme ensangrentado y otra tarjeta bancaria con el dinero que ganó en la primera temporada.
Cuando Ga-yeong sale para hablar con él, In-ho ya se ha marchado. Acto seguido, In-ho observa desde su auto una escena conocida: dos personas juegan ddakji en un callejón. Una de ellas es la versión femenina y globalizada de El Reclutador de Gong Yoo, interpretada por Cate Blanchett, quien le da una cachetada al perdedor del juego, igual que en la primera temporada de la serie.
Ambos personajes intercambian una mirada de reconocimiento. Este cierre sugiere que la red de El Juego del Calamar sigue activa fuera de Corea y que el modelo del juego ya se ha globalizado. Esta escena funciona como nexo con el posible spin-off occidental que Netflix estaría desarrollando.
Qué significa el verdadero ganador de El Juego del Calamar
El desenlace deja claro que el verdadero ganador de El Juego del Calamar no es quien sobrevive, sino quien se niega a aceptar las reglas del sistema. Gi-hun muere, pero lo hace en un acto de resistencia frente al espectáculo de muerte que sostiene a la élite que financia los juegos.
Mientras tanto, la organización se rearma y se adapta. In-ho parece moverse ahora en una lógica más ambigua: rescata a la hija de Jun-hee, deja el dinero a quienes considera justos, pero no detiene la maquinaria del juego, sino que la exporta.
Netflix no confirmó oficialmente una cuarta temporada, pero la escena de Los Ángeles y la presencia de Cate Blanchett como reclutadora funcionan como pista para una posible expansión de la franquicia en forma de spin-off internacional.
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