En el ecosistema saturado del streaming, donde cada semana aparece un estreno que busca captar la atención global, pocos habrían apostado a que Twisted Metal –una serie basada en un videojuego violento y caótico de los años 90– se convertiría en una de las sorpresas del medio televisivo. Sin embargo, en apenas dos semanas desde su lanzamiento, la producción de Peacock escaló posiciones hasta transformarse en la comedia más vista en la historia de la plataforma, consolidando un fenómeno que parece crecer más allá de la curiosidad inicial.
En las dos semanas desde su estreno, la serie de Peacock, Twisted Metal se ha convertido la comedia más vista del streamer hasta la fecha. Según NBC Universal, el usuario promedio –solo en Estados Unidos– vio alrededor de tres episodios por sesión, y algunos optaron por mirar los 10 en una sola ventana de visualización.

Twisted Metal, entre las series con más audiencia del streaming
Según datos de NBCUniversal, los usuarios estadounidenses consumieron la serie con una voracidad poco habitual: el promedio fue de tres episodios por sesión, y un porcentaje significativo optó por mirar los diez capítulos en maratones de una sola sentada. Aunque la compañía evitó dar cifras absolutas de audiencia –una práctica ya común en el sector, donde las plataformas prefieren resaltar tendencias antes que números concretos–, la información disponible permite dimensionar su alcance.
Los registros de Nielsen refuerzan la impresión de éxito: durante el fin de semana posterior a su estreno, Twisted Metal acumuló más de 400 millones de minutos de visualización, situándose entre los originales de streaming más vistos de esa semana. Con esos números, la serie ya puede mencionarse en la misma liga que otras apuestas fuertes de Peacock como Bel-Air, Poker Face o Based on a True Story. Para un servicio que compite con gigantes como Netflix, Disney+ y Amazon Prime Video, se trata de un logro estratégico.

Twisted Metal: Del videojuego a la pantalla
La raíz de este éxito reside en una idea que parecía improbable: trasladar a la televisión el universo de un videojuego lanzado originalmente en 1995 para la primera PlayStation. Twisted Metal no era un título narrativo al estilo de The Last of Us; se trataba de un juego de combate vehicular donde la historia apenas servía como excusa para la destrucción. Su atractivo estaba en los enfrentamientos frenéticos y en la estética exagerada, cercana a la cultura del cómic y del cine postapocalíptico.
Adaptar ese material a un formato de serie requería inventar prácticamente todo: personajes, trama, tono. El guion corrió a cargo de Rhett Reese y Paul Wernick, los mismos detrás de Deadpool y Zombieland, quienes aportaron su experiencia en mezclar violencia con comedia irreverente. El resultado fue un híbrido entre Mad Max, Death Race y una sitcom negra, con un ritmo que privilegia la acción pero sin abandonar la ironía.
La historia sigue a John Doe (Anthony Mackie), un outsider que sobrevive en un mundo arrasado y recibe la misión de entregar un misterioso paquete a través de territorios plagados de pandillas y psicópatas motorizados. En su camino lo acompaña Quiet (Stephanie Beatriz), una ladrona de autos con cuentas pendientes, y juntos se enfrentan a enemigos que parecen sacados de un carnaval distópico, entre ellos Sweet Tooth, el payaso homicida que conduce un camión de helados y que se ha convertido en la imagen icónica de la franquicia.
La serie juega con un equilibrio delicado: explota la nostalgia de quienes recuerdan el videojuego, pero al mismo tiempo construye un relato nuevo, accesible para quienes nunca sostuvieron un joystick. El humor ácido, los diálogos veloces y las secuencias de persecuciones mantienen un tono de comedia de acción “de alto octanaje”, tal como la define su propia producción.

Twisted Metal: Un reparto diverso
El elenco es parte del atractivo. Anthony Mackie, conocido por su papel como Falcon en el universo Marvel, encarna a un protagonista carismático que mezcla ironía y vulnerabilidad. Stephanie Beatriz, famosa por Brooklyn Nine-Nine y por dar voz a Mirabel en Encanto, aporta un contrapunto intenso en el papel de Quiet. A ellos se suman Thomas Haden Church, Neve Campbell y la voz de Will Arnett para Sweet Tooth, interpretado físicamente por el luchador Joe Seanoa. La combinación refuerza el carácter coral y lúdico del proyecto.
La serie fue creada por Michael Jonathan Smith, quien además ejerció como showrunner. La producción reúne a Sony Pictures Television, PlayStation Productions y Universal Television, lo que explica el nivel de inversión y la ambición del proyecto. Entre los productores ejecutivos se cuentan Reese y Wernick, junto con Will Arnett y Marc Forman, además de representantes de PlayStation Studios, lo que subraya el interés de Sony en expandir sus franquicias al terreno audiovisual.
Estrategia y contexto
El éxito de Twisted Metal no puede analizarse de manera aislada. Forma parte de una estrategia más amplia de la industria: transformar videojuegos en series y películas que atraigan tanto a fanáticos de las consolas como a nuevos públicos. Sony ya había probado con Uncharted en cine y con The Last of Us en televisión (esta última a través de HBO, con gran repercusión crítica y de audiencia). La apuesta de Peacock se inserta en esa misma lógica, aunque con un título menos obvio y con un tono más descontracturado.
Este movimiento también refleja la búsqueda de las plataformas de streaming por diferenciarse. Mientras Netflix multiplica sus producciones internacionales y Disney+ se apoya en sus franquicias históricas, Peacock intenta construir identidad mediante series que mezclan nostalgia, comedia y acción. Twisted Metal es un ejemplo: un producto que parecía marginal se transforma en un estandarte inesperado.
Mirá el tráiler a continuación:
 
				 
								

