La temporada 2 de Merlina se convirtió en uno de los títulos más vistos en la historia de Netflix, con 94,5 millones de visualizaciones en apenas dos semanas desde el estreno de su segunda parte. El dato la colocó en el décimo lugar de las series más vistas en inglés de todos los tiempos dentro de la plataforma, desbancando a Stranger Things 3, que hasta ahora se mantenía en esa posición. El fenómeno confirma el poder de atracción de la serie protagonizada por Jenna Ortega, que ya había alcanzado el primer lugar histórico con su primera temporada.
Netflix midió el éxito de la temporada 2 de Merlina con la misma métrica que aplica a todos sus títulos: las vistas acumuladas en los 91 días posteriores al estreno, o, en el caso de temporadas divididas en partes, hasta 91 días después de la última tanda de episodios. Con esta fórmula, la serie aún tiene margen para crecer y superar incluso a otras producciones que la anteceden en la lista.
La segunda temporada de Merlina no solo consiguió un debut masivo con 50 millones de vistas en los primeros tres días, sino que también elevó su recepción crítica: 87% de aprobación en Rotten Tomatoes, un salto notable respecto del 73% de la primera entrega.
Que la temporada 2 de Merlina entre en el top 10 a pocas semanas de su estreno habla de la capacidad de Netflix para prolongar la vida de sus éxitos globales y generar expectativas sostenidas en el tiempo. Lo hace, además, en un contexto de creciente competencia por el liderazgo del streaming y con la mirada puesta en cómo sus franquicias más fuertes definen la conversación cultural.

Top 10 histórico de series en inglés más vistas en Netflix (septiembre 2025)
- Temporada 1 de Merlina
- Adolescencia
- Temporada 4 de Stranger Things
- Monstruo: La Historia de Jeffrey Dahmer
- Temporada 1 de Bridgerton
- Gambito de Dama
- Temporada 3 de Bridgerton
- Temporada 1 de The Night Agent
- Temporada 1 de Engaños
- Temporada 2 de Merlina

La temporada 2 de Merlina y el nuevo récord en Netflix
La cifra de 94,5 millones de visualizaciones en tan poco tiempo es más que un número: representa una consolidación de la estrategia de Netflix al dividir la temporada en dos partes. La primera tanda de episodios llegó el 6 de agosto, mientras que la segunda se estrenó el 3 de septiembre. Esta decisión generó resistencia inicial en los seguidores, que preferían una entrega completa, pero en términos de impacto resultó efectiva. La expectativa acumulada impulsó a la serie a mantenerse en el centro de la conversación durante varias semanas.
La división en partes también permitió a la plataforma mantener vigente el interés de los suscriptores y sostener la inversión en marketing a lo largo de más tiempo. En lugar de un pico de consumo inmediato seguido de una caída, la temporada 2 extendió su curva de relevancia y multiplicó la repercusión global.
En paralelo, el reparto volvió a ser uno de los grandes atractivos: Jenna Ortega consolidó su papel como uno de los rostros centrales del streaming, mientras que Gwendoline Christie, Emma Myers, Luis Guzmán, Catherine Zeta-Jones y Fred Armisen aportaron solidez a un elenco que refuerza el cruce entre tradición y renovación en torno al universo Addams.

El efecto sobre Stranger Things y la competencia interna
El desplazamiento de Stranger Things 3 del top 10 histórico no es un dato menor. Hasta hace pocas semanas, la serie de los hermanos Duffer tenía dos temporadas entre las más vistas: la tercera y la cuarta. Hoy solo mantiene la cuarta, en el tercer puesto. Ese cambio refleja un nuevo equilibrio dentro del propio catálogo de Netflix: Merlina se convirtió en la única producción que logra ubicar dos temporadas en el ranking absoluto, mientras que Stranger Things se prepara para su cierre definitivo con el estreno de la temporada 5.
Este reacomodamiento es una muestra de cómo las dinámicas del streaming alteran jerarquías establecidas. Durante años, Stranger Things fue el gran emblema de Netflix, la serie que mejor representaba su poder cultural. El éxito de Merlina demuestra que esa centralidad ya no es exclusiva y que el público global puede volcarse con igual intensidad hacia nuevas propuestas cuando encuentran un equilibrio entre lo familiar y lo novedoso.
El contraste entre ambas producciones también ilumina los distintos desafíos que enfrenta Netflix. Mientras Stranger Things carga con el peso del tiempo y la edad de sus protagonistas originales, Merlina aparece fresca, sostenida por una figura en ascenso como Ortega y un mundo narrativo que permite múltiples expansiones. La primera depende de cómo logre cerrar una historia que lleva casi una década de vigencia; la segunda todavía se encuentra en su fase de crecimiento.

Qué significa el éxito de Merlina para Netflix
El ascenso de la temporada 2 de Merlina no solo es un récord interno, sino también un síntoma de la estrategia de Netflix. La compañía enfrenta un escenario donde los competidores –Disney+, Prime Video, Max, Apple TV+– apuestan fuerte por franquicias globales, y donde la fidelidad de los suscriptores ya no depende de un único título, sino de la capacidad de renovar atractivos de manera constante.
En ese contexto, Merlina –ya confirmada su temporada 3– ofrece a Netflix varias ventajas: continuidad asegurada con una tercera temporada ya confirmada, una base de seguidores intergeneracional, un universo narrativo adaptable a distintos formatos y un rostro central con proyección internacional. El retraso previsto hasta 2027 o 2028 para el estreno de la próxima temporada no altera demasiado la ecuación: el recuerdo de la primera entrega y el impulso de la segunda mantienen viva la marca y generan un capital simbólico que la plataforma puede seguir explotando.
El dato más relevante es que Netflix consiguió diversificar su podio de éxitos. Hasta hace poco, el peso recaía sobre Stranger Things y fenómenos aislados como El Juego del Calamar o La Reina del Flow. Con Merlina, la compañía suma un nuevo eje capaz de sostener relevancia cultural y presencia global. Esa diversificación será clave en los próximos años, cuando el desgaste de viejas franquicias obligue a mirar hacia títulos capaces de capturar la atención de una generación que ya no consume televisión como antes, pero que sigue necesitando relatos que funcionen como puntos de encuentro colectivos.
 
				 
								


