Disney y Lucasfilm llegaron a un acuerdo con Gina Carano, ex actriz de The Mandalorian, luego de una disputa legal que se extendió por más de un año y que fue presentada por la propia Carano como un caso de discriminación ideológica. La actriz, que interpretó a Cara Dune en la exitosa serie de Star Wars, había sido despedida en 2021 tras una serie de publicaciones en redes sociales consideradas ofensivas o polémicas por parte del público y de los estudios.
En un comunicado oficial, un vocero de Lucasfilm expresó que “concluida esta demanda, esperamos poder encontrar nuevas oportunidades de colaboración con la señora Carano en el futuro”. También destacaron que la actriz “siempre fue respetada por sus directores, colegas y el equipo, y se destacó por su profesionalismo y respeto hacia sus compañeros”.
Por su parte, Carano emitió una declaración celebrando el acuerdo como “el mejor resultado posible para todas las partes”, y agradeció a Elon Musk por haber financiado su causa legal a través de X (antes Twitter), como parte de una promesa pública de apoyar judicialmente a usuarios que, según él, hayan sido censurados por sus opiniones.

La demanda, presentada en 2024, sostenía que Disney y Lucasfilm habían despedido a Gina Carano de manera injusta por expresar opiniones de corte conservador en sus redes sociales. Entre los mensajes más controvertidos se encontraba una comparación entre la persecución nazi a los judíos y el trato actual hacia quienes sostienen posturas políticas de derecha, lo que provocó una fuerte reacción tanto de la audiencia como de los propios empleados de Lucasfilm.
Carano, ex luchadora de artes marciales mixtas convertida en actriz, también había cuestionado los mandatos de uso de mascarillas durante la pandemia, apoyado teorías infundadas sobre fraude electoral en 2020, y criticado las políticas de identidad de género. Según la demanda, fue presionada a reunirse con la presidenta de Lucasfilm, Kathleen Kennedy, y un grupo de empleados LGBTQ+ para justificar sus publicaciones, pero ella se negó. Poco después, fue despedida no solo de The Mandalorian, sino también de otros proyectos futuros del universo Star Wars, como Rangers of the New Republic.
La actriz alegó haber sido acosada y difamada por negarse a alinearse con la visión política de la compañía, y apuntó que sus compañeros varones, como Pedro Pascal, no recibieron el mismo trato por publicaciones igualmente controvertidas. Como ejemplo, citó un tuit de 2017 en el que Pascal comparaba a Donald Trump con Adolf Hitler.

El futuro de Gina Carano y el rol de Elon Musk en la demanda
El acuerdo fue alcanzado esta semana, sin que se revelaran los términos económicos ni legales del mismo. La resolución pone fin a un caso que tocó nervios sensibles tanto en Hollywood como en el debate político estadounidense, donde la discusión sobre la cultura de la cancelación, la libertad de expresión y los límites del discurso sigue siendo candente.
Una figura clave en el desarrollo de la demanda fue Elon Musk, quien financió los costos legales a través de su red social X. Carano lo agradeció en su comunicado: “Un hombre que nunca conocí hizo esta obra de buen samaritano por mí”, escribió. El respaldo de Musk forma parte de una estrategia más amplia del magnate tecnológico para posicionar su plataforma como bastión de la libertad de expresión, especialmente para voces conservadoras que se sienten marginadas por la industria cultural dominante.
Gina Carano recibió 25.000 dólares por episodio como actriz invitada en The Mandalorian, y luego negoció un bono único de 5.000 dólares. Su demanda pedía, entre otras cosas, que Lucasfilm la reincorporara en la franquicia, algo que parecía improbable hasta este reciente acuerdo.
Ahora, con el conflicto aparentemente cerrado, Carano afirmó estar lista para “pasar la página” y seguir su carrera artística. “Espero que esto traiga algo de sanación a la Fuerza”, concluyó, en una referencia simbólica que deja abierta la puerta a posibles reencuentros con la galaxia lejana.
 
				 
								


