Después de cinco años de desarrollo, Duster fue cancelada menos de una semana después de su final de temporada en HBO Max. La serie, una coproducción entre Warner Bros. Television y Bad Robot, no logró renovar para una segunda entrega. La decisión no sorprendió: aunque recibió críticas positivas y mantuvo cierta visibilidad en la plataforma, no alcanzó los niveles de audiencia esperados ni logró posicionarse en los rankings clave de la industria.
Con un 92% de aprobación crítica y un 83% entre el público en Rotten Tomatoes, la serie generó entusiasmo entre quienes la vieron. Sin embargo, su desempeño fue insuficiente para los estándares de HBO Max, que decidió no continuar con el proyecto. Duster se mantuvo en el Top 10 interno de la plataforma, pero no logró ingresar al Top 10 de Nielsen ni escalar posiciones significativas en los listados de Luminate: apenas alcanzó el puesto 50 en su cuarta semana.

Por qué HBO Max canceló Duster y no tendrá segunda temporada
El desarrollo de Duster fue largo y accidentado. Encargada originalmente en 2020, la serie se filmó hace tiempo y los contratos del elenco ya habían expirado antes del estreno. En un intento por salvar el proyecto, Warner Bros. y Bad Robot buscaron otro hogar para la serie, sin éxito. La cancelación llega en un momento en que las plataformas ajustan sus catálogos según métricas de rendimiento cada vez más exigentes.
HBO Max emitió un comunicado agradeciendo a los creadores, al elenco liderado por Josh Holloway y Rachel Hilson, y al equipo técnico. También destacó el trabajo de los socios productores, en particular Bad Robot y TinkerToy Productions. La decisión no fue presentada como una respuesta a la calidad artística de la serie, sino a su limitado alcance comercial.
La historia seguía a Nina, una agente del FBI en 1972 –la primera mujer negra en el cargo– que se une a un conductor profesional de huidas para enfrentar a un sindicato criminal en expansión en el suroeste estadounidense. La propuesta combinaba elementos del cine policial con una marcada estética de los 70’s, un enfoque de personajes poco convencional y una puesta en escena cargada de tensión.
Duster: Un policial con ambición narrativa y poco eco
Duster intentó recuperar ciertos códigos del thriller estadounidense de los años 70’s, combinándolos con personajes que desafiaban los moldes clásicos del género. La dirección de Steph Green en los dos primeros episodios marcó una línea estilística clara, mientras que los guiones de J.J. Abrams y LaToya Morgan buscaron una mirada contemporánea sobre los relatos criminales de época. La serie ofrecía una atmósfera densa, atención al detalle en la ambientación y diálogos trabajados, pero no encontró el volumen de audiencia necesario para sostenerse.
Pese al respaldo de un estudio fuerte y un creador con trayectoria como Abrams, la producción quedó en un punto intermedio: demasiado audaz para el consumo pasivo, demasiado tradicional para el prestigio inmediato. La falta de promoción sostenida y el cambio de estrategia de contenido en Warner también influyeron en el desenlace.
El caso de Duster es otro ejemplo de cómo las narrativas televisivas de alto perfil pueden naufragar si no logran una convergencia entre la ambición estética, el tiempo de llegada al público y los algoritmos que hoy definen la continuidad de un proyecto.



