En el tráiler de Teléfono Negro 2 (Black Phone 2), lo primero que se escucha no es un grito. No es el crujido de la soga ni el chirrido de una puerta que se abre sola. Es una voz, una que debería estar muerta, y sin embargo respira, habla, amenaza: “Tú, más que nadie, deberías saber que muerto es solo una palabra”.
Ese es el punto de partida. Y ese, también, es el regreso. Tres años después del estreno de El Teléfono Negro, Scott Derrickson vuelve a colocar los pies en el sótano, en el frío de las casas norteamericanas donde los niños desaparecen y los padres no preguntan demasiado. Pero esta vez, la oscuridad es más espesa. Esta vez, el horror no es una puerta cerrada sino una que ya se abrió y dejó entrar lo imposible.
En Teléfono Negro 2, Finney (Mason Thames) y Gwen (Madeleine McGraw) han crecido. Ya no son los niños perdidos que enfrentaban a golpes el sistema escolar, la violencia doméstica y a un hombre con una máscara y un camión negro. Ahora son adolescentes y han aprendido que el verdadero monstruo no siempre se esconde en el armario. A veces, el monstruo es la memoria. A veces, es la culpa. A veces, es un teléfono que vuelve a sonar aunque nadie lo haya conectado.
¿Qué muestra el tráiler de Teléfono Negro 2?
El tráiler de Teléfono Negro 2, presentado en la CCXP de Ciudad de México, no es generoso con los detalles. Lo que ofrece son imágenes que no explican pero evocan: una cabina telefónica empapada de sangre en medio de la nieve, una máscara desgarrada revelando algo que no es un rostro, una mirada entre hermanos que dice más que cien líneas de diálogo. Ethan Hawke regresa como The Grabber, el hombre que murió y, sin embargo, está aquí de nuevo. ¿Cómo? No importa. No todavía. Lo que importa es que el teléfono suena. Y alguien responde.
Derrickson, que una vez dijo que la primera película era un thriller sobrenatural, asegura ahora que Teléfono Negro 2 es puro horror. Más sangriento. Más violento. Más gráfico. Tal vez porque los personajes también han cambiado: “Una historia de maduración en secundaria no es lo mismo que una en la escuela media”, explica. El tránsito de la niñez a la adolescencia no es una curva suave; es un acantilado. Y al caer, se pierde la ingenuidad. Lo que queda es miedo, deseo, violencia, confusión. Todo eso está en la película.
Y también hay otra cosa: amor. Porque, como dijo Hawke después de ver la primera entrega, “es una historia de terror contada desde el amor”. Gwen y Finney ya no están separados, como en la primera, donde sus caminos se cruzaban solo en sueños o pesadillas. Aquí comparten el centro del relato. Son dos sobrevivientes que han aprendido a cargar sus heridas con la misma dignidad con que otros aprenden a mentir.
La historia de Teléfono Negro 2 ocurre cuatro años después de los eventos originales. En lugar de sótanos suburbanos, hay un campamento de invierno en las Montañas Rocosas. Nieve, hielo, aislamiento. Una geografía del terror que remite a El resplandor, sí, pero también a los recuerdos de Derrickson, que creció esquiando cada fin de semana, enfrentando tormentas y temperaturas que, como los fantasmas, dejan marcas aunque no se vean.
El regreso de Ethan Hawke como The Grabber: Muerto es solo una palabra
La presencia de Hawke como The Grabber no es un simple truco narrativo. Su regreso, sin explicaciones claras, responde más al lenguaje del mito que al del cine realista. En esta lógica, el asesino no necesita cuerpo para herir. Lo que necesita es una voz. Y esa voz se escucha, distorsionada pero firme, a través del mismo teléfono que salvó a Finney. Ahora, ese teléfono puede ser una trampa. O una puerta.
Scott Derrickson asegura que el guion fue difícil de escribir. Que era confuso, exigente, estructuralmente riesgoso. Pero también dice que la historia visual es clara. Que hay emoción, belleza, incluso redención. Porque en el fondo, Teléfono Negro 2 no es una historia sobre muertos que vuelven. Es una historia sobre lo que queda en los vivos cuando los muertos se niegan a irse.
Teléfono Negro 2 se estrenará en octubre de 2025, justo a tiempo para el mes donde la línea entre lo real y lo imposible se vuelve más fina. No sabemos aún si será mejor que la primera, si romperá taquillas o si extenderá el universo que Joe Hill –hijo de Stephen King– imaginó en un relato corto. Lo que sí sabemos es que el teléfono ha vuelto a sonar. Y que hay una parte de nosotros que, aunque sepa lo que espera del otro lado, no puede evitar levantar el auricular.
Mirá el tráiler a continuación:
