Mientras el DCU se reinventa bajo la mirada creativa de James Gunn, una reciente declaración encendió la expectativa entre fans y medios especializados: el cineasta confirmó que Nubia –la icónica amazona negra que ha sido en los cómics una portadora del título de Wonder Woman– está en la mira de DC Studios. La revelación implica no solo una ampliación del canon, sino también una relectura más diversa, política y simbólica del rol de Diana Prince dentro del nuevo universo compartido.
La confirmación llegó a través de una entrevista con el medio Pay Or Wait, donde Gunn fue consultado directamente por la posibilidad de que Nubia tenga su lugar en el DCU. “Estoy muy al tanto de Nubia, y sí, estamos hablando de eso. Quiero representar a todo tipo de personas en el DCU, y sí… puede que estén muy felices en un futuro no muy lejano”, respondió el director. Aunque no hubo precisiones, el mensaje fue claro: la próxima Wonder Woman no necesariamente será la misma de siempre.
Una nueva Amazona para el DCU
La historia editorial de Nubia es rica y compleja. Creada en 1973 por Robert Kanigher y Don Heck, fue introducida como la “hermana gemela” de Diana, nacida también del barro moldeado por Hipólita. Aunque su aparición fue breve en los cómics originales, el personaje volvió en distintas etapas y formatos, sobre todo a partir de la década de 2000, como símbolo de representación afroamericana y feminista. En los últimos años, Nubia protagonizó varias novelas gráficas y títulos propios bajo el sello DC Black Label y Wonder Woman: Nubia and the Amazons, donde lidera la isla de Themyscira.
En ese sentido, no resulta descabellado que Gunn elija su figura para resignificar a Wonder Woman dentro del capítulo 1 del nuevo DCU, titulado Gods and Monsters. Su narrativa, mucho más anclada en arquetipos mitológicos y conflictos de poder, parece el espacio ideal para presentar una nueva versión del mito amazónico. Más aún si se confirma que Paradise Lost –la serie precuela centrada en la política y el origen de Themyscira– será su plataforma de lanzamiento.
La estrategia tiene sentido editorial: al presentar primero a Nubia en un contexto anterior a Diana, se puede explorar su desarrollo como personaje, su cosmovisión y sus conflictos internos, para luego posicionarla como parte central del universo principal. Gunn parece decidido a ofrecer una aproximación más coral, diversa y culturalmente consciente del legado heroico.
El futuro de Wonder Woman en el DCU: ¿Dos heroínas en paralelo?
Desde la cancelación de Wonder Woman 3, dirigida por Patty Jenkins, y el silencio de Gal Gadot sobre su continuidad, el lugar de la amazona en el nuevo universo DC parecía incierto. Pero Gunn busca transformar esa incertidumbre en una oportunidad para reconstruir su mito desde otras perspectivas.
En paralelo al desarrollo de la nueva película de Wonder Woman –que aún se encuentra en fase de escritura y de casting–, el proyecto Paradise Lost gana terreno como una posible precuela política, con tono de intriga palaciega al estilo Game of Thrones, pero ambientada en el universo amazónico. Allí podría aparecer Nubia como líder militar o figura contestataria dentro de una sociedad regida por rituales y jerarquías matriarcales.
El hecho de que Gunn hable abiertamente de Nubia antes incluso de confirmar el elenco de Diana Prince sugiere una posible coexistencia narrativa: dos Wonder Woman en paralelo, cada una con un enfoque y una historia distinta. Este camino permitiría al DCU alejarse del molde clásico e incorporar nuevas sensibilidades sin borrar lo ya establecido. En lugar de reemplazar a Diana, Nubia podría complementarla, o incluso cuestionar su lugar en el panteón heroico.
La apuesta no es menor: incluir a Nubia como Wonder Woman en el cine o la televisión implicaría un gesto de representación histórica dentro del mainstream superheroico. Sería, además, una forma de expandir el universo DC sin depender exclusivamente de los pilares del viejo DCEU, hoy en retirada.
En un contexto donde Marvel y DC compiten por redefinir sus franquicias con mayor diversidad y nuevas narrativas, el ingreso de Nubia marca una dirección clara: el futuro del género será más plural, simbólico y político.