El éxito comercial del remake live-action de Lilo y Stitch, estrenado en 2025, marca un punto de inflexión para la franquicia. La película, que recrea la historia del film original de 2002 con cambios mínimos en su estructura narrativa, superó los 637 millones de dólares en taquilla, lo que convierte su continuación en un paso previsible para Disney. Sin embargo, las declaraciones recientes de su director, Dean Fleischer Camp, revelan un interés más amplio por expandir el llamado Stitchverse, no sólo en cines, sino también a través de nuevas formas de animación y plataformas.
En diálogo con Variety, Fleischer Camp se mostró abierto a regresar para una secuela, aunque con una condición: que exista una idea narrativa sólida y no se trate de una respuesta automática a la demanda del mercado. “Me gusta la idea de hacer un spin-off animado como serie episódica o limitada”, afirmó. Sus palabras sugieren que el futuro de la franquicia podría no limitarse a una secuela tradicional, sino diversificarse en formatos que permitan explorar otras dimensiones del universo construido en torno a Stitch.
El Stitchverse: La expansión narrativa de Lilo y Stitch
Lilo y Stitch 2025 mantiene la premisa central: una niña hawaiana solitaria, Lilo (Maia Kealoha), adopta sin saberlo a un experimento genético alienígena al que llama Stitch (Chris Sanders). Pero más allá del vínculo entre ambos, el relato deja planteado un escenario fértil para futuras historias: Jumba Jookiba (Zach Galifianakis), creador de Stitch, es responsable de cientos de experimentos similares que aún no fueron liberados. Esa reserva narrativa ya fue utilizada por las secuelas animadas de los años 2000, pero podría ser reinterpretada en esta nueva etapa bajo una lógica distinta.
Una nueva serie animada –posiblemente producida para plataformas como Disney+– permitiría mantener el núcleo emocional de la historia original, pero con mayor libertad para construir arcos secundarios, presentar otros experimentos (los “primos” de Stitch) y adoptar estilos visuales distintos a los del remake. Esto abriría la posibilidad de una relectura contemporánea del universo sin limitarse a reproducir lo ya conocido.
Lilo y Stitch: Continuidad, distinción y nuevos formatos
La intención del director parece orientarse a mantener la continuidad del universo presentado en el remake live-action, sin necesariamente retomar los códigos visuales o narrativos del canon animado previo. Esto implicaría una reconstrucción del Stitchverse que, aunque inspirado en el material original, se desplace hacia terrenos más experimentales en cuanto a formato, estética y tono.
Las opciones que Disney contempla incluyen adaptar tramas ya desarrolladas, como las de Lilo y Stitch 2: Stitch Has a Glitch o Stitch! The Movie, aunque con modificaciones que respondan a las exigencias del presente. A diferencia de otros remakes de la compañía, que muchas veces replican los relatos previos sin mayores cambios, el nuevo Lilo y Stitch deja abierta la puerta a una construcción narrativa más abierta, donde las historias secundarias ganan peso y la franquicia se resignifica como archivo expandido.
El interés por continuar la franquicia con el Stitchverse no responde sólo a su rendimiento económico, sino a la persistencia de sus temas: familia no convencional, pertenencia y redención. En la saga original, los experimentos eran integrados a la vida de Lilo y Stitch no como amenazas, sino como parte de una familia extendida. Esa mirada afectiva sobre los “otros” es uno de los núcleos ideológicos que podrían sostener nuevas entregas sin caer en el reciclaje narrativo.
Para Fleischer Camp, sostener ese tono y esa sensibilidad es clave para garantizar la calidad del proyecto. Su eventual participación en futuras entregas dependerá de la solidez del enfoque. En este punto, la franquicia se diferencia de otras apuestas contemporáneas de Disney: en lugar de depender exclusivamente del poder icónico de sus personajes, Lilo y Stitch ofrece un modelo de expansión basado en la construcción afectiva del universo, más que en su espectacularidad.
