En F1, Brad Pitt interpreta a Sonny Hayes, un veterano corredor que vuelve a la Fórmula 1 después de décadas alejado de la competencia. La película, dirigida por Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick), busca retratar con precisión el mundo del automovilismo de élite, combinando escenas reales de carreras, conflictos empresariales y las tensiones propias del paddock.
Sin embargo, desde el primer anuncio del proyecto surgió la pregunta: ¿Sonny Hayes está basado en un piloto real? La respuesta corta es no. El personaje es completamente ficticio. No existe, ni existió nunca, un corredor de Fórmula 1 con ese nombre. Pero eso no significa que su historia sea completamente inventada.
El guion incorpora elementos inspirados en hechos reales. En particular, la biografía de Sonny Hayes remite a la experiencia de Martin Donnelly, un piloto británico cuya carrera fue abruptamente interrumpida por un accidente casi fatal en 1990. La referencia no es explícita, pero algunas escenas de la película –especialmente la del accidente que marca la vida de Hayes– replican de forma casi exacta imágenes documentadas del siniestro que sufrió Donnelly en el circuito de Jerez.
La construcción del personaje también responde a una lógica de ficción propia del cine. En el mundo real, el regreso de un piloto con décadas fuera de la categoría es, sencillamente, inviable. Pero F1 trabaja con esa licencia narrativa para articular un relato de redención, riesgo y pasión por la velocidad.
Sonny Hayes no es real, pero su historia tiene ecos en la Fórmula 1
Brad Pitt da vida a Sonny Hayes, un piloto que brilló en los años 90 hasta que un accidente casi le cuesta la vida. Años después, regresa a la Fórmula 1 como parte de un equipo en crisis, liderado por su viejo amigo Ruben (Javier Bardem). La película sigue su intento por recuperar su lugar en un entorno que ha cambiado, donde las exigencias físicas, técnicas y mediáticas son más intensas que nunca.
En términos estrictos, Hayes es un personaje ficticio, creado específicamente para la película. Su trayectoria –abandonar la F1 por un accidente y regresar décadas más tarde– no tiene antecedentes reales en la historia del campeonato. Ningún equipo de la F1 actual contrataría a un piloto retirado hace 30 años, dada la preparación física y mental que requiere la categoría.
Sin embargo, su accidente dentro del film guarda un paralelismo directo con uno de los momentos más trágicos de la Fórmula 1: el choque de Martin Donnelly en el Gran Premio de España de 1990. Donnelly sufrió la rotura de la suspensión de su Lotus a más de 170 km/h. El impacto lo expulsó del monoplaza y su imagen tendido en el asfalto, con el coche destrozado a varios metros de distancia, es una de las fotografías más recordadas –y estremecedoras– de la historia del automovilismo.
Donnelly sobrevivió, pero sus lesiones pusieron fin a su carrera en la F1. Aunque Hayes, en la ficción, consigue recuperarse y volver a las pistas, en la vida real el regreso de Donnelly fue imposible.
Las diferencias entre Sonny Hayes y Martin Donnelly: cine vs. realidad
Si bien el accidente de Donnelly funciona como referente visual y emocional para la película, las diferencias entre su vida y la de Sonny Hayes son notorias. Donnelly es británico, mientras que Hayes es presentado como un piloto estadounidense. Además, Donnelly inició su carrera en las categorías inferiores (F3 y F3000) antes de llegar a la F1, donde apenas disputó una temporada completa antes del accidente.
Sonny Hayes, en cambio, es retratado como una estrella consagrada en la década del 90, con múltiples victorias y una trayectoria destacada antes de su retiro forzado. La narrativa del film lo ubica como un veterano que nunca pudo soltar del todo la necesidad de competir, y cuya vuelta no solo responde a cuestiones deportivas, sino también a una búsqueda personal vinculada al legado, la pasión y la redención.
Otra diferencia clave es que Hayes, tras su accidente, continúa corriendo en otras categorías y gana varias competencias antes de regresar a la F1. Donnelly, por su parte, nunca volvió a subirse a un monoplaza de Fórmula 1, aunque años más tarde participó de forma simbólica en la British Touring Car Championship en 2015.
La película construye así una fantasía plausible dentro de los códigos del cine deportivo: la del piloto que desafía las imposibilidades biológicas, las reglas del mercado y la lógica del tiempo.
F1: Ficción, homenaje y espectáculo
F1 no pretende ser un biopic ni un documental. Su objetivo es capturar la emoción, la adrenalina y la tensión de la Fórmula 1 desde una perspectiva cinematográfica, al tiempo que rinde homenaje a las historias reales de sacrificio, pérdida y resiliencia que atraviesan el deporte motor.
La historia de Sonny Hayes es un ejemplo de cómo el cine puede tomar elementos de la realidad –accidentes, trayectorias truncas, desafíos personales– y transformarlos en relatos de superación y espectáculo. No es un retrato fiel de ningún piloto, pero sí una síntesis de muchos aspectos que han marcado la historia del automovilismo.
En definitiva, Sonny Hayes es una ficción con raíces en la realidad. Un personaje imposible en la vida real, pero absolutamente verosímil en la lógica emocional de la pantalla grande.