Demián Rugna confirmó que Cuando Acecha la Maldad 2 está en desarrollo. El director argentino adelantó que el guion ya está terminado y que el proyecto cuenta con el respaldo de una productora interesada en iniciar el rodaje cuanto antes.
A diferencia de los anuncios que suelen filtrarse por las redes sociales, la información llegó directamente de Rugna durante una entrevista con La Broma Infinita, el programa de Sebastián De Caro en Gelatina. Allí detalló que el proceso de escritura está prácticamente cerrado, con algunos ajustes pendientes, y que el proyecto ya consiguió el financiamiento necesario para entrar en fase de producción. Aunque evitó revelar qué compañía está detrás, Cuando Acecha la Maldad fue producida por Shudder, la plataforma especializada en cine de terror.
Por el momento no hay confirmaciones sobre el elenco ni detalles argumentales. La película original –una de las sorpresas del género en 2023– sigue vigente con un 96% de aprobación en Rotten Tomatoes. La expectativa por su secuela crece con rapidez.
Cuando Acecha la Maldad 2 y la continuidad del estilo Rugna
La confirmación de Cuando Acecha la Maldad 2 no solo responde al buen desempeño del film anterior. También confirma la consolidación de un estilo narrativo. Rugna ya había dado indicios de su método de trabajo: la escritura como un proceso de tensión y descarga, violencia y humor negro como herramientas para manipular la atención del espectador. “Intento evitar el humor, pero termina apareciendo igual”, reconoció en una entrevista con Collider. “Necesito relajar al público para volver a golpearlo”.
Ese equilibrio entre el espanto y la distensión fue una de las claves del impacto que tuvo Cuando Acecha la Maldad. El relato —ambientado en una zona rural sin nombre— se construye sobre una serie de decisiones erradas que llevan a una catástrofe cada vez más inminente. No hay héroes, no hay salvación. El terror se expande como una infección, sin lógica y sin pausa.
En su crítica para Plano Americano, Yanil Coliva escribió sobre la película:
“Ciertas obras cinematográficas del género terror son auténticos desafíos emocionales para el espectador. En Cuando Acecha la Maldad, el desafío trasciende la mera capacidad de resistir los sobresaltos de esta historia de posesión, adentrándose en la esencia misma de la brutalidad humana y su confrontación con lo sobrenatural. […] Hay una profunda ambivalencia en esta película sobre los hombres y lo que son capaces de lograr, y un trasfondo importante al que se hace alusión pero que deliberadamente nunca se desarrolla por completo pero que añade más peso a la sensación de que tal vez la humanidad ni siquiera merece ser salvada”.
La apuesta estética es parte del atractivo. Rugna elige la crudeza por encima de la sugerencia. La violencia, gráfica y repentina, tiene más que ver con la puesta en escena que con los efectos especiales. Por eso la secuela no necesita de grandes cambios para mantener el interés: basta con continuar el tono, explorar el universo y sostener el pulso narrativo.
Cuando Acecha la Maldad: El terror rural y sus posibilidades narrativas
El cine argentino de terror viene ampliando sus márgenes. Rugna ya había hecho Aterrados en 2017, una película urbana con elementos clásicos del género. Cuando Acecha la Maldad fue un paso más allá: eligió el campo como escenario, con una atmósfera que mezcla lo supersticioso con lo desesperante. La historia arranca con un cadáver infectado en una zona despoblada y deriva en una espiral de decisiones sin salida. Pedro y Jaime, los hermanos protagonistas, intentan evitar lo que no entienden. Cuanto más escapan, más rápido los alcanza el mal.
Ese tipo de relato tiene antecedentes, pero en el caso de Rugna hay una apuesta específica: no hay símbolos, no hay metáforas, no hay interpretaciones. Hay cuerpos que se pudren, niños poseídos, perros que explotan, gente que muere. La dimensión social está, pero es lateral. Lo que importa es la progresión, el deterioro, la lógica del espanto.
La secuela, si sigue esa línea, no necesita reinventar nada. El potencial está en la repetición con variaciones. Rugna entiende que el cine de terror no se sostiene solo por la idea, sino por la precisión con la que se ejecuta. Y ese parece ser su objetivo con Cuando Acecha la Maldad 2: volver a golpear, sin aviso.
