Brad Pitt encabeza el elenco de F1, una producción que recrea el mundo de la Fórmula 1 desde adentro, filmada en circuitos reales y con la participación directa de pilotos, equipos y figuras del automovilismo. Pero según el propio Pitt, la película no habría sido posible sin el involucramiento de Lewis Hamilton, múltiple campeón mundial de la categoría y productor del filme.
“Lewis abrió las puertas. No creo que hubiéramos podido hacer esta película sin él”, afirmó el actor durante una entrevista con Entertainment Weekly, donde participó junto a sus compañeros de elenco Javier Bardem, Damson Idris y Kerry Condon.
La película, dirigida por Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick), sigue la historia de Sonny Hayes, un ex piloto que regresa a las pistas para ayudar a un equipo en crisis. El proyecto no solo contó con la presencia de Hamilton en la producción, sino que fue desarrollado en paralelo a competencias oficiales de Fórmula 1, lo que le da un nivel de realismo inédito en este tipo de ficciones.
Cómo Lewis Hamilton fue clave para que F1: The Movie fuera posible
La participación de Lewis Hamilton en la película fue mucho más que un rol como productor ejecutivo. Desde las primeras etapas del proyecto, su colaboración fue determinante para que el equipo creativo pudiera acceder al detrás de escena de la Fórmula 1 y construir un relato verosímil, tanto en lo técnico como en lo humano.
Brad Pitt explicó que el origen del proyecto surgió con una idea de Joseph Kosinski: rodar una película de automovilismo con actores conduciendo autos reales, en pistas reales, y dentro del ecosistema de la Fórmula 1. “Joe sabía que para lograr eso necesitábamos alguien que nos guiara, que nos abriera las puertas y que nos ayudara a mantenernos fieles al espíritu de este deporte. La primera llamada fue a Lewis”, contó el actor.
Según relató Pitt, Hamilton no solo facilitó el acceso a los equipos, a los directivos y a los pilotos, sino que participó activamente en el desarrollo del guion. “Tuvimos reuniones una tras otra. En Londres hicimos una de 12 horas, donde le lanzábamos todo tipo de ideas. Él nos respondía desde su experiencia, contándonos qué era real, qué no y cómo se vive realmente este mundo”, detalló.
Qué cuenta F1, la nueva película de Brad Pitt
La trama de F1 se centra en Sonny Hayes (Brad Pitt), un piloto que tuvo un accidente hace más de 30 años cuando estaba en camino a convertirse en una estrella de la Fórmula 1. Años después, su antiguo amigo y dueño de equipo, Ruben Cervantes (interpretado por Javier Bardem), lo convence para regresar y ayudar a su escudería, que atraviesa una crisis.
El regreso no es sencillo. Sonny debe compartir pista con Joshua Pearce (Damson Idris), una joven promesa del automovilismo con quien establece una relación tensa, marcada por la rivalidad y las diferencias generacionales.
La producción fue rodada durante eventos oficiales de Fórmula 1 en distintos circuitos del mundo. Esto permitió que las escenas de competencia tengan el nivel de realismo propio de una transmisión deportiva, pero desde una narrativa cinematográfica. Tanto Pitt como Idris realizaron parte de las maniobras al volante, bajo entrenamiento especializado.
Cómo la experiencia de Lewis Hamilton definió la película
Además de facilitar el acceso al entorno de la Fórmula 1, Hamilton contribuyó a definir el perfil psicológico del protagonista. Joseph Kosinski relató que las conversaciones con el piloto fueron esenciales para entender qué impulsa a los corredores a seguir compitiendo, a pesar de los riesgos.
“Lewis me contó que tuvo tres conmociones cerebrales por choques contra el muro, y que aun así, apenas salió del hospital, volvió a subirse al auto y a correr”, señaló el director. Esa experiencia fue incorporada en la construcción del personaje de Sonny Hayes, que refleja el compromiso extremo y la capacidad de soportar la presión que caracteriza a los pilotos de élite.
Kosinski también destacó aspectos técnicos que aprendieron de Hamilton y que están reflejados en la película. “Nos explicó que los pilotos usan mucho el oído. Saben cuán cerca están del muro o qué auto tienen detrás solo por el sonido. Reconocen el motor, el cambio de marcha, todo a partir de cómo suena el entorno”, comentó.
Esa dimensión sensorial, muchas veces desconocida por el público, forma parte de la narrativa de F1. Según el director, los pilotos reciben información constante a través de sonidos, tonos en el casco y datos que deben procesar en tiempo real mientras manejan a más de 300 kilómetros por hora. “No es solo conducir. Es estrategia, cálculo y percepción continua”, agregó.